jueves, 2 de mayo de 2024

EL AMOR

 Colaboración de Paco Pérez

EL MOTOR DEL COMPORTAMIENTO

Jesús amaba a las personas y hoy es nuestro modelo de comportamiento pues decía y hacía pero nosotros debemos cambiar porque decimos una cosa y después hacemos otra… ¿Por qué?

Porque, al no conocerlo a fondo, no podemos comprenderlo, aunque digamos que creemos en Él, por eso no cambiamos y continuamos sin preocuparnos del necesitado porque seguimos abrazados a nuestro egoísmo y practicando la violencia, la mentira, la injusticia…

Quienes conocen a Jesús lo aman de verdad, cambian de comportamiento y ayudan a los demás. El día que esto ocurre nace en nosotros la persona nueva, esa que se preocupa del prójimo en la línea que nos proponía Él.

Cuando los discípulos recordaron las vivencias que tuvieron con Jesús, las analizaron y comprendieron el porqué de lo que hizo. Al conocer su verdad practicaron la justicia y dieron la cara por el prójimo, no dudaron más, recibieron el Espíritu Santo que les había prometido, formaron comunidades donde todos eran iguales y tuvieron unión.

Hacerlo así fue y es bueno para la evangelización pero no será efectivo trabajando de manera individual, rutinaria o apegados a las ideologías que crean los falsos dioses de nuestros tiempos, esos que anulan la libertad personal, empujan a dar la espalda a la realidad cristiana de nuestros días y ocasionan sufrimiento a quienes los siguen al no tener cerca a alguien que los oriente o consuele cuando les aparecen los problemas.

Juan nos orientó sobre el verdadero amor al prójimo poniendo como ejemplo el amor que Dios nos tiene: [Tanto nos ama que mandó a su Hijo para que muriera y, con ese acto sublime nos salvara, a sus hermanos, de la muerte que ocasiona el pecado.].

El Padre amó a Jesús, Él nos ama y por eso quiere que nosotros también lo amemos. Para que este deseo del Padre se cumpla es necesario que si Jesús cumplió sus mandamientos nosotros también debemos cumplirlos, el Padre se sentirá muy complacido y así, lo que necesitemos, se lo pediremos a través de su Hijo y el Padre nos lo concederá.

Pedro acudió a casa de Cornelio porque éste lo llamó, el Espíritu Santo descendió sobre ellos y hablaron en lenguas diferentes. A muchos les sorprendió el hecho de que lo hiciera delante de los paganos pero la realidad fue otra, Dios derribó así las barreras que unos hombres habían levantado contra los otros por las razas o la religión.

Pedro reaccionó y comprendió que Dios nos quería por igual a todos y que, si todos habían recibido el Espíritu Santo, él no encontraba argumentos que le impidieran bautizarlos. Cambió y nos enseñó a ser justos con el prójimo.

¿Hemos asimilado que no debemos rechazar a quienes no son de nuestra raza o condición social?

 

 

 

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