martes, 2 de octubre de 2018

EL PENSAMIENTO TÓXICO


Colaboración de Paco Pérez
PRIMERO YO, DESPUÉS YO Y SIEMPRE YO
Mi abuelo Paco, hace ya muchos años y en el contexto de la conversación que manteníamos sobre los políticos, me regaló una frase que él había recibido de sus mayores:
- No olvides nunca que quienes nos gobiernan dicen palabras muy bonitas para llegar y después siempre hacen lo que decía mi padre: [Primero yo, después yo y siempre yo.].

Yo, con muy pocos años entonces, le manifesté mi postura contraria al mensaje que transmitía esa expresión pues entonces, arrastrado por la ilusión lógica de los pocos años y la consecuencia lógica de mi inexperiencia en ese campo, yo creía que los cambios políticos que se estaban operando en España desembocarían en un modelo que no se parecerían en nada al que habíamos vivido hasta 1975. No obstante, él siguió fiel a su experiencia y continuó con sus afirmaciones:
- [Ellos, cuando tropiezan, no les pasa como a mí cuando voy montado en la burra y ésta atranca una de sus patas en una piedra; entonces ella se hinca de rodillas; yo, de manera inesperada, salgo volando por encima de sus orejas y me caigo al suelo, delante de ella, como una esportilla mortera llena de barro.
Estas cosas me ocurrieron varias veces y la suerte me acompañó siempre porque sólo tuve pequeñas averías y algunos arañazos que otros. Los políticos, en cambio, si dan un tropezón no les pasa como a mí sino como a los gatos… ¡¡¡Siempre caen de pie!!!].
Niño… ¿Por qué hay esa diferencia tan grande entre las consecuencias que a mí me ocurrieron y las que a ellos les pasan? ¿Son o no como los gatos?
Nos reímos mucho y, cuando nos tranquilizamos, le dije:
- Abuelo, debes aceptar que tus recuerdos ya forman parte del pasado y que las cosas de ahora ya no son como antes.
Después de escuchar mis palabras comenzó a reírse de nuevo y yo, que no comprendía cuál era el motivo de su risa, se lo pregunté pero él ni se inmutó. Cuando se tranquilizó me habló de nuevo así:
- [Cuando tengas más años yo ya me habré ido y un día recordarás lo que hoy te he contado pero ya no me podrás dar la razón.].
Se tomó un descanso para liar un cigarro de picadura, era un espectáculo verlo hacer aquel ritual: Cogió el librillo de las hojas de liar tabaco, sacó el paquetón con la envuelta amarilla, con un dedo le rascó al contenido porque el tabaco estaba prensado y así lo desmenuzó, con los dedos de la mano izquierda cogió la hojilla y le dio forma de canaleta, con la derecha inclinó el paquete para que el tabaco se deslizara hasta el papel, después soltó el paquete en la mesa, distribuyó el tabaco de manera uniforme en el papel, con ambas manos lo lio, una vez concluida esa labor le dio un lengüetazo a la parte engomada y lo pegó, dio varias vueltas al papel sobrante del extremo por donde se encendería para que no se cayera el tabaco, observó con satisfacción su obra, se lo puso en la boca, cogió el mechero de yesca con una mano y con la otra le dio a la rueda unos cuantos golpes, la chispa saltó y quemó la yesca, él le sopló para que ardiera más pronto, arrimó el cigarro al ascua, lo encendió, le dio una buena calada y por la nariz echó el humo que inhaló unos segundos antes … ¡¡¡Unos minutos después  la ceniza y las chispas ya caían sobre el chaleco y con un poco de mala suerte le añadirían unos nuevos agujeros!!!
Volvimos al tema y él, como estaba hablanchín, de nuevo tomó la palabra para contarme lo que le dijo a D. Landelino Lavilla Alsina, de U.C.D., el día que vino a Villargordo a dar un mitin:
- [Hace años viajé a Madrid representando a la “Cooperativa del Cristo de la Salud” para asistir a una reunión de olivareros. Allí nos prometieron que nuestra peticiones se iban a solucionar, nos dieron una carpetón lleno de papeles, regresé muy contento al pueblo y después… ¡¡¡D. Landelino, todo quedó en leche en vinagre pues fueron papeles mojados!!!].
Esa conversación la debimos tener entre 1976 y 1980 porque mi abuelo murió en 1981.
CUARENTA años después se está cumpliendo todo lo que él tenía muy claro entonces… ¡¡¡Abuelo, qué razón llevabas!!!
No sólo llevaba razón sino que se quedó muy corto… ¿Por qué opino así?
La “Transición democrática” que él tuvo tiempo de saborear un poco en sus inicios no le llenaba porque no confiaba en los políticos pues, para él, todos eran igual de incumplidores.
Abuelo Paco… ¡¡¡No sabes de la que te has librado!!!
Si a D. Landelino ya le manifestó su línea crítica siendo el motivo que lo lanzó a hacerlo “na pelao”… ¿Qué le hubiera dicho a los “picapiedras” de nuestros días que vienen a darnos mítines sin importarles nuestras necesidades y minimizando el montón de irregularidades que los medios les descubren a diario?
Abuelo, puedo asegurarte que yo estoy hoy muy disgustado también con la clase política por todo lo que está ocurriendo en nuestra querida España. No es un malestar ocasional y pasajero sino que últimamente lo estoy de manera permanente porque cada día me levanto con una barbaridad nueva cuando conecto la radio y por esa realidad me siento desengañado e impotente con todos ellos por todo lo que nos hacen. 
Hoy me voy a quedar aquí y lo voy a hacer para AGRADECEROS, a ti y a mi padre, que de pequeño nunca me hablarais de los hechos negativos que os tocó vivir durante la Guerra Civil.
Por este regalo siempre me he sentido libre de partido y eso me ha permitido ver los acontecimientos locales y nacionales con objetividad y sin sectarismo. Es cierto que vuestras experiencias negativas no acabaron en tragedia, aunque lo pasasteis mal, pero vuestras formas de ser os hicieron vivir sin rencor hacía nada ni nadie…
¡¡¡Otros hicieron todo lo contrario y por eso estamos atrapados en una situación de gobernabilidad lamentable!!!
Recuerdo las noches que me iba a dormir a tu casa, lo pasábamos muy bien y me hacías muy feliz jugando conmigo al dominó o también aquellos días en que íbamos con la burra, cargada de cántaros, a la fuente “La Peñoña” para traer agua a las titas… Con estas cosas y acciones sencillas crecí libre de ideas inútiles, no me intoxicaste los sentimientos con historias verídicas pero innecesarias y hoy, gracias a esa acción, puedo decir que veo las cosas con claridad y que no me dejo llevar por las mentiras que se difunden desde todos los ángulos.
De mayor, cuando escuchaba en nuestro pueblo las historias del pasado bélico que nos azotó, os pregunté por curiosidad y entonces fue cuando escuché de vosotros lo que os ocurrió… ¡¡¡Si todos los españoles hubieran hecho con sus peques lo que hicieron conmigo mis mayores es posible que no hubiéramos llegado a la situación en que nos encontramos ahora en España!!!


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