miércoles, 30 de abril de 2014

¿QUÉ VAS A SER CUANDO SEAS GRANDE?

Colaboración de José Martínez Ramírez

Cuando de pequeños nuestros profes nos hacían esta pregunta en el colegio para ver qué grado de “acemilismo” teníamos les contestábamos incluso con cierta alegría porque ignorábamos lo que nos esperaba cuando el verdadero telón del teatro en el que nos habían metido se abriera.
Días atrás José Ramón nos hablaba de la relatividad moral, es buena gente y a los sinvergüenzas, escuerzos -no sé cómo nombrarlos-, los refería así.

Yo como soy diferente y con bastante más mala follá que él, los llamo por su nombre: Valientes hijos de las siete mil putas, por ejemplo.
Los gobiernos para agradar a los colectivos, por pequeños que sean, ponen en vigor leyes que considero ridículas y risibles. Actúan así, entre otros motivos, para captar votos. Los pastores llevan a los rebaños a pastar a los prados mas verdes, las ovejas balan la mar de contentas y mueven el rabo. Churras y merinas por igual. Por ejemplo, la ley que prohíbe las corridas de toros en Cataluña. Alegaron para aprobar esta prohibición que éstos sufren mucho.
Dígame usted, señor antitaurino lo bien que se lo pasan cien kilos de boquerones dándole bocanadas al viento cuando los pescadores los sacan de su elemento, o los camarones, o los pollos que hay en las vitrinas de los grandes centros comerciales y así un largo etc. de bichos. Y no me hable de la capacidad de entender el dolor de cada especie.
¿No le parece que quedan por hacer cosas que son bastante más urgentes?
Pongamos algunos ejemplos:

1.- Por la ley antitabaco se prohíbe a un aceitunero con cincuenta años o más, que ya ha pasado más que un nazareno durante su vida, fumarse un cigarro en un bar mientras se bebe un vino al terminar su jornada laboral.
 Sería buena la medida propuesta si se tomaran medidas estrictas para controlar los residuos radioactivos de Chernobil, Fukusima, los de los productos fitosanitarios, los derivados del petróleo… Tengo que reírme de la anterior porque éstos están presentes a diario en los expositores que hay en las cadenas de alimentación y, además, con el Vº Bº de las autoridades sanitarias. Nosotros, como buenas ovejas, nos guiamos por los pastores, los compramos con total tranquilidad sin saber la verdad y, por lo tanto, nos los merendamos día tras día.
2.- ¿Es delito conducir con dos fresquitos en nuestros agradecidos estómagos?
Aun así y conociendo lo anterior tengo que gritar… ¡¡¡¡VIVA SAN MARCOS!!!!
3.- La ley del menor obliga a los funcionarios a tomar manifestación a los imberbes en presencia de su padre, tutor o de la madre que lo parió. Sin embargo les habilitan espacios urbanos para que celebren el botellón y se claven el ron o el güisqui sin pestañear. Se me olvidaba, acompañándolos de un porrillo y así ya no les falta de naíca.
También permite que los asesinos se rían de España entera. Todos conocemos el CASO de Marta del Castillo, al RAFITA, etc. y no pasa  nada a los presuntos, salvo el sufrimiento que provocan a muchas personas afectadas y la indignación de otras muchas.
4.- En la ley de violencia de genero las hay que, en connivencia con el amado, simulan malos tratos para trincar las ayudas. Las hay que denuncian al jumento porque ha cogido una tranca con los amigos y ha llegado a casa cantando “La bien pagá” a las cinco de la mañana. Otras denuncian y, en menos de veinticuatro horas, lo tienen de nuevo clavado como una lezna entre las curvaturas más voluptuosas de sus preciosos cuerpos. Cuando lo hizo tuvo un arrebato de ira la mujer pero ya lo ha perdonado.
Por desgracia para ellas hay verdaderos violentos y los seguirá habiendo mientras la condición humana no logre cambiar a través de la sabiduría. Hay quienes piensan que su mujer es sólo SUYA y lo hacen siempre desde el prisma sexual, o sea, que si la mira otro porque la tía está como un tren pues eso lo interpretan como una violación. A veces ocurre que un amigo de ambos le dice lo guapa que está, en el domicilio sufre un arrebato de celos y le da un felpón.
Así que esta ley, como la que regula el consumo de drogas, es errónea. Pero claro, a ver quien legisla la correcta para que el rebaño paste contento y mueva el rabo.
No me extiendo, me revienta dar la paliza. Así que mi respuesta es escueta pero creo que entendible.

¡¡¡¡QUIERO SER JUBILADO A LOS TREINTA!!!!


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