martes, 28 de octubre de 2014

LAS HERMANAS GARCIA

Colaboración de José Martínez Ramírez
Este poema lo escribí en el “Café Gijón” de Madrid en 1965 y se lo dediqué a las hermanas García con el permiso de mis suegros, que en paz descansen.

Por allí van las hermanas García,
la una se llama Rosario
y la otra responde a Lucía.

Hijas de Antonio y Catalina,
naturales ellas de Villargordo,
tierra bella de Andalucía
donde brotan las olivas verdes,
verdes ellas tras la celosía
terca de su pensamiento,
que reiteran día tras día.

Si al oído les susurras…
¡Cariño, yo te quiero!
Ellas te quieren más todavía.
Si por la calle caminas
y te cruzas con un amigo de toda la vida,
se esquinan porque piensan
que si solo, con él te enredarías.

O sea, que primero te operan
y después te preguntan… ¿Qué es lo que te dolía?
Así son ellas, las hermanas García.
Pues, si coges con ellas una tranca,
bomba, castaña o tuerca de antología
también se molestan…
¡Coño, con las hermanas García!

Si te vas un día de pesca
o, quizá, de cacería,
sus miradas esquinadas
con clavos te crucifican.
Catalina usted no tiene la culpa
pero… ¡Qué a gusto se quedaría
cuando las casó con Pepe
y Manolo, el de Carchenilla!

                  

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