miércoles, 25 de noviembre de 2015

TOMANDO CAFÉ

Colaboración de Paco Pérez
Capítulo V 
EL “CHOTICA”
En la comarca de la Axarquía hay una frase muy popular y que es muy recordada para comentar el comportamiento donjuanesco de los jóvenes o no tan jóvenes. Éste dice así:
- Eres más enamoradizo que “El chotica de Frigiliana”.

Como es lógico todas las historias se sustentan en indicios de algo que dijimos o en alguna acción que realizamos y, como es lógico,  la historieta de este señor también.
Para conocerla hubo que retornar hasta aquellos inolvidables años en que España comenzó a recibir una afluencia significativa de turistas y nuestras playas se llenaban de damas jóvenes que cubrían sus partes más íntimas con bañadores demasiado atrevidos para las costumbres y usos de los lugareños de Nerja y de los que vivían en otros lugares de nuestra geografía nacional. Este asombro les ocurría porque quienes nos visitaban tenían una cultura más avanzada que la nuestra, para ellos era normal bañarse así pero en nuestra tierra la mayoría lo hacían con bañadores bastante menos atrevidos.
Parece ser que “El chotica” escuchó historías de mujeres muy guapas que bañaban casi desnudas en las playas. Un domingo se vistió de flamenco y bajó hasta Nerja para bañarse y disfrutar de esas estampas que le habían contado unos paisanos en Frigiliana.
Llevaba en el monedero la notable cantidad de 15 duros, en aquellos tiempos era un buen dinero, se sentía muy seguro de su poder adquisitivo y se marchó a la playa de Burriana para pasar el día.
Allí comprobó que era cierto lo que le habían comentado sus paisanos acerca de las mujeres y la ropa que llevaban. Miró en distintas direcciones y localizó a un grupo de tres jóvenes rubitas, se dirigió a ellas preguntándole de dónde eran, ellas comenzaron a reírse sin contestarle, él les dijo que era de Frigiliana y que había bajado a Nerja para bañarse.
Entonces una de ellas le dijo:
- Mi no comprender.
- Y yo tampoco pero seguro que nos entendemos -les contestó él.
Después de hablarles ellas comenzaron a reír con fuerza y por eso él creyó que algo entendían de lo dicho pues no cesaban de reír. Esta interpretación lo animó mucho y entonces comenzó a hacer el indio “al por mayor” pues tuvo que estar toda la velada inventándose todo tipo de señales, manuales y gestuales, para transmitirles mensajes y que fueran entendibles. El que mejor le entendieron fue aquel gesto en el que simuló con su mano ser “un abridor de cerveza” y, una vez abierta, la cogió y simuló bebérsela.
Entonces lo entendieron perfectamente, lo rodearon, se lo llevaron hasta un chiringuito, tomaron cerveza, tapas y… ¡¡¡Mucho jijijí jijijá!!!
El Chotica” vivió durante unas horas flotando en una nube de felicidad y, cuando llegó acabaron llego la hora de pagar. Hizo palmas, vino el camarero y él, un caballero andaluz, le dijo:
- La cuenta.
Cuando volvió el camarero y se la presentó, puso el monedero boca abajo y, como no cubría el importe, entonces tuvo que dejar el reloj en “prenda” hasta que volviera otro día a pagar el resto del dinero.
Así acabó la incursión playera de “El chotica de Frigiliana” en Nerja.



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