viernes, 17 de febrero de 2023

AMAR Y PERDONAR…

 Colaboración de Paco Pérez

LAS ASIGNATURAS PENDIENTES DEL CRISTIANO

Moisés recibió de Dios el encargo de no odiar a sus enemigos sino de ayudarles y él lo enseñó pero las invasiones territoriales, culturales y religiosa que sufrieron los empujó a defender sus identidades tradicionales y a odiar a los invasores. Pasaron los años, esas prácticas tradicionales no cesaron y, cuando vino Jesús, les predicó como Moisés pero sus consejos causaron un impacto tremendo en la familia, la sociedad, la religión, los poderes… ¿Por qué?

Porque les habló de “amar y perdonar” a todos, incluso a los enemigos, una forma tan particular que les rompió los planteamientos tradicionales que sustentaban la supervivencia de sus grupos sociales pues esos nuevos argumentos eran contrarios a los que practicaban.

El comportamiento humano de aquel tiempo seguía los principios de los mayores pero Él los rechazó y les habló de hacer cosas diferentes.

Antes, quienes recibían una acción violenta buscaban el momento de vengarse aplicando la ley, “ojo por ojo y diente por diente”, Jesús les enseñó lo contrario: Amar, perdonar y ayudar en sus necesidades a todos, incluso a quienes les hicieran daño.

Quienes manejaban el poder, igual que ahora, oprimían a los empobrecidos con obligaciones insoportables pero la sociedad, acostumbrada a ese formato, se escandalizaba cuando escuchaba sus novedosas propuestas.

Han pasado muchos años pero el caos social sigue vigente y sólo han cambiado quienes lo causan y las formas de hacerlo. Hoy también es complicado tener vivienda pues no ayudan quienes deben hacerlo y, si lo hacen, imponen unas condiciones que causan la indigencia cuando, por razones ajenas a las personas, tienen contratiempos que los llevan al impago y al desahucio. Jesús les proponía lo contrario, ayudar al necesitado sin usura… ¿Se hace?

Entonces establecieron una “ley de acompañamiento” para orientar a los soldados romanos cuando no supieran dónde se encontraba su punto de destino o ayudarles a transportar algo. La población no quería cumplirla o se limitaban a lo legislado, durante una milla. Jesús les aconsejó que fueran generosos pues si en vez de una lo hacían en dos quienes incumplirían las leyes serían los romanos y no ellos.

Hoy, atender a los mayores también está legislado, y nos beneficiamos, pero… ¿Atendemos a los familiares mayores como Jesús desea?

Los niños aprenden con facilidad en los juegos de otros y quienes no lo hacen así sufren las consecuencias pues la imitación de otros comportamientos es un método que facilita el aprendizaje sin esfuerzo. Pensemos que Jesúsdecía y hacía”, su método, pero nosotros lo imitamos tan poco que, dos mil años después, todavía no hemos aprendido el camino para viajar por el Reino amando y encontrarnos en el futuro con Él… ¿Lo lograremos con el traje a medida que nos hemos hecho cada uno para cumplir con el prójimo?

Pablo nos enseñó que Dios siempre está con nosotros porque para Él somos lo más importante. Por esa verdad, debemos corresponderle no olvidando que seremos humildes si aceptamos que nuestras cualidades las recibimos al nacer y que éstas nunca nos colocarán por encima de Él, seremos responsables si conocemos bien cuales son nuestras limitaciones y si no deseamos elevarnos más de lo que nos corresponde.

 

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