jueves, 11 de octubre de 2012

LA CAZA 2

“EL CUCO”

Colaboración de Antonio Chica Gárate “Tajaillas


Capítulo I


CAZAR CON “RECLAMO DE PERDIZ”, en Villargordo (Jaén), también es conocido como “CAZAR EL CUCO”.




Esta modalidad de caza siempre genera controversias. Las comparaciones son odiosas pero yo siempre pongo el ejemplo de las corridas de toros para contestar a sus detractores. Unos consideran que ambas prácticas son una salvajada porque entienden que los animales no tienen ninguna oportunidad para defenderse y otros lo entienden como un arte cuando se siguen las reglas que hay establecidas para su practica.



¿En qué modelo de caza las perdices, o cualquier otro animal, tienen su oportunidad para seguir vivas?
Si el cazador es bueno en ninguna y si es malo siempre. El cuquillero que es entendido jamás matará una pieza si no se han cumplido los pasos correctos. Lo bonito de cazar el “CUCO” es que el macho de la jaula cante para atraer a la hembra, que un macho celoso lo escuche y no quiera que otro entre en su territorio para robarle a su novia, que decida plantarle cara porque se sienta fuerte para derrotarlo, que acuda a la llamada de guerra, que entre al reclamo, que se peleen y entonces será el momento que aprovechará el buen cazador para culminar la obra con un disparo certero. De ser así el macho enjaulado vera reforzado su ego porque creerá que él lo ha derrotado. Después del disparo se tomará un descanso y continuará con su cante conquistador y de sus cualidades dependerá que el cazador vuelva con más piezas.


También puede ocurrir que el campo decida contestar y no acudir a la llamada guerrera, en este caso no ocurrirá nada reprochable porque no habrá matanza.
En las tertulias del café se habla de este tema y algunos inexpertos me pidieron información sobre todo lo que rodea a esta modalidad de caza.
Algunos no sabían que este animal, de pequeño, es conocido como perdigón y, de mayor, es cuando pasa a llamarse perdiz.


También tuve que aclararles las pistas que hay para saber cuando una perdiz es macho o hembra. Él tiene las patas más gruesas y, en la parte posterior de ellas, unos bultitos llamados “espolones”. Ella no tiene espolones, o están poco pronunciados, y es de un tamaño más pequeño.


El periodo de caza suele ser de unas seis semanas, entre los últimos días de enero y los primeros de marzo, y coincide con la “época de celo” o “picadilla”.
Está autorizada la caza con macho y prohibida con la hembra. Esta última práctica es furtiva, se practica en el mes de abril y está penada porque es un crimen. Se entiende así porque en esa época las hembras están empollando, los machos están deseosos de hembra, acuden a su llamada, quedan embobados escuchándoles su canto, no hay pelea y entonces los matan.



Este modelo si es repudiado por el auténtico “cuquillero”, porque sus practicantes sólo están interesados en matar piezas.
El truco para que la hembra se encele y después cante es muy sencillo: Se le junta con un pollo de gallina pequeño durante un tiempo, ella se enmadra con él, el día de la caza furtiva se separan en jaulas distintas, la hembra se pone en el repostero y el pollo junto al cazador, éste le tira de las plumas, el pollo pía, la hembra lo escucha y canta para llamar al pollo, el macho encelado la escucha y acude sin saber que a él no lo llama y el cazador, cuando se pone a tiro, le dispara sin respetar las reglas del juego.
Esta práctica es lo lamentable de mi gran pasión, “EL CUCO”. Considero que unos pocos insensatos hacen que el resto seamos considerados como asesinos de perdices por quienes nunca han saboreado las delicias de una tarde reglamentaria.
Estos son algunos de mis pájaros y de los trabajos que hago sobre el tema. En mis ratos de ocio los cuido y el sobrante lo dedico a estas labores artesanales.

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