miércoles, 11 de septiembre de 2013

LA ESCUELA: Comienza el curso


Dedicada a las sufridas/os maestras/os.

Colaboración de José Carlos Castellano

Termina el verano,

ya llega septiembre, un mes traicionero;

con los libros a mano,

en el día primero,

a la escuela y saludo mañanero.

Otro año a la rutina,

de nuevo claustros, ciclos y reuniones;

si la suerte me atina,

tendré aula, sin follones.

Puedo pasar un curso de "Cajones".

Los alumnos ya vienen;

de madres y abuelos acompañados.

¡Con la gana que tienen,

de quedarse acostados!

O en el bar, desayunar acomodados.

Día de clase, el primero;

tras los saludos de rigor y costumbre.

Pienso.- ¡Hasta que llegue enero!

El aula, ahora una lumbre

y luego, la nave de un secadero.

No tengo más remedio,

que aguantar: madres, abuelos, frío y calor...

para vivir es el medio.

Enseñaré con amor

y sacaré a los alumnos lo mejor.

Maestro.- Bien, niños, un dictado,

sacad el borrador, lápiz y papel.

Niño.- Maestro, me se ha olvidado.

Maestro.- No me haces caso Rafael,

a clase, se trae todo el material y, sin tropel.

Maestro.- Y no se dice me se ha,

no ves que semana va antes que mes.

Se debe de decir, se me ha.

¡Con lo fácil que es, se formal,

no hagas todo al revés!

¡Hasta junio, qué largo!

Un día de curso y ellos a su bola,

los padres tienen el cargo;

así, esto no me mola.

De que el niño meta, trola tras trola.

Al final reflexiono.

Pienso… ¡Señor, lléname de paciencia!

Da, a mi labor, abono;

para enseñar la ciencia,

a niños que aún no tienen conciencia.

Como esto, acaba de empezar;

la semana voy a programar,

y día tras día, será rutina.

Para Juan, Ana, Cristina...

 

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