viernes, 24 de enero de 2014

LOS SEGUROS

Colaboración de José Carlos Castellano

Los seguros son contratos,
en los que todo se asegura:
vidas, bienes, aparatos
y hasta una muerte segura.

Todo en la vida augura,
que el seguro de decesos,
la tranquilidad procura,
te echarán tierra en sesos.

Para el seguro, del coche,
léete la letra pequeña,
no corras a trochimoche.
Si la compañía se empeña,
no cobras ni día, ni noche.
Tu culpa es, si se empeña.

Para seguros del hogar,
si intervienen los bomberos,
olvídate, no vas a cobrar.
Pues, a éstos, son los primeros
a los que tienes que pagar.

Si aseguras la cosecha:
trigo, cebada o aceituna,
da la pérdida por hecha.
Aquí la compañía es tuna.
Dirá: no había cosecha.

De éste modo, uno por uno,
seguro no es ninguno.
Si tu aseguras veintiuno,
sólo cobrarás alguno.

Para que éstos, sean seguros,
asegúrate, no los uses.
Algunos son inseguros,
aunque a los otros acuses.

Y si llegado el suceso,
los tuvieras que utilizar,
no te comas mucho el seso.
Lo mínimo, van a pagar.

Para no perder el juicio,
toma lo que dé la compañía,
no entres de pleito y juicio,
ya que la agonía,
puede ir en tu perjuicio.

De esta forma están los planes.
Como dijo aquel gitano,
con la maldición a mano:
- Juicios tengas y los ganes.

¡Que ya vas apañao!

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