lunes, 3 de marzo de 2014

SENTADOS EN EL PASEO

A la tertulia mañanera,
Manolo llegó de ésta manera,
Manolo Lindes:

-¡Buenos días!, higos traigo de mi higuera,
y chumbos de mi chumbera.
Puede probarlos quien quiera.
Algunos los higos probaron
Y, con gusto, comprobaron
que los higos y chumbos, tenían buen gusto
al comerlos, a la sombra, tan a gusto.
Dijo Sebastián Losilla,
que allí estaba:
-Antaño, los marranos, con higos los cebaba
y, de tal modo, el cerdo disfrutaba
que, cuando el marrano los higos divisaba,
con cariño maternal a los higos y a mí, miraba.
Un contertulio dio esta información:
-Una persona, de higos se dio tal atracón,
que le costó hacer la digestión
y poco le faltó para ir al panteón.
A lo que contestó, Sebastián:
-Comer y engordar, como cerdos,
no es de estar cuerdos.
Comed con tino,
o pronto seréis de los gusanos destino.
Hay que comer, para vivir.
No vivir, para comer.

Otro contertulio dedicó a Sebastián
estas letrillas para acabar:
-Amigo,
te guardé un higo
y, como no te vi,
me lo comí.

Y, otra no menos baladí:
- Dios te salve, higo chumbo.
No habrá realidad o bulo,
que te cambie el rumbo.
Con el filo de mi navaja
te corto corona y culo,
en la barriga te hago una raja…
¡Prepárate, para entrar en la caja!

       

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