domingo, 5 de abril de 2015

JESÚS MUERE Y HUYEN

Colaboración de Paco Pérez
RESUCITA, COMPRENDEN EL MENSAJE, VUELVEN Y DAN TESTIMONIO
La muerte de Jesús causó un impacto tremendo entre sus seguidores y salen huyendo hacia Galilea porque están desolados, su comportamiento es más achacable a la decepción que han sufrido que a la ausencia de fe en ellos.
Unos días después regresan a Jerusalén, han recuperado la ilusión porque Jesús ha “resucitado” y vuelven a reunirse en su nombre. Ya no tienen miedo y proclaman que está vivo.

San Pedro testifica que Jesús de Nazaret, el que murió en la cruz, fue resucitado por Dios al tercer día. Después de resucitar lo vieron, comieron y bebieron con Él; sólo los que eligió como testigos  y les pidió que predicaran. Esa misión la centrarían en: <Cristo ha muerto y ha resucitado; los profetas ya lo anunciaban; los  discípulos son testigos de lo sucedido y piden a las gentes que cambien de vida, que acepten la fe en Cristo y que se bauticen.>
Por la “resurrección” el hombre queda unido a Cristo y después de morir esa unión alcanzará su plenitud.
Mientras llega ese momento el hombre tendrá que abandonar las viejas costumbres, convertirse, morir al pecado y renacer a una vida nueva que alcanzará su punto culminante cuando abandonemos esta vida.

La “resurrección” sirvió a los discípulos para que se afianzaran en ellos las enseñanzas recibidas de Jesús durante los años que le acompañaron. La sensación que recibieron cuando murió fue contraria, por eso no entendieron la escena del sepulcro vacío. Ellos estuvieron a diario con Él y en el momento cumbre se ven desbordados por los acontecimientos y, en el caso de Pedro le fallan. Si esto le ocurrió a los discípulos… ¿Es raro que nosotros todavía no hayamos comprendido su mensaje?

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