martes, 7 de abril de 2015

VILLARGORDO

Colaboración de José Martínez Ramírez

Durante las noches de mayo,
en Villargordo de hogaño
el azahar embalsama
el cielo del Paseo. Llama,
de los niños que hermanos
se llaman: zutano o fulano.
Ser uno de esos dramas
que en el mismo jugaba.

Una entelequia que araño
perdida en mi tiempo ufano.
Los mismos zagales gritaban,
los de entonces cantaban
las notas del viejo piano.
Cancionero tan temprano
que sus calles quemaban
y en sus juegos giraban.

Alegres cuentos livianos,
futuros sueños marianos.

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