lunes, 26 de febrero de 2018

LA MAR TRAJO AYER


Colaboración de José Martínez Ramírez

La mar trajo ayer el reencuentro,
barrió con sus crestas de nieve
el olvido amontonado y se atreve
a recordarme, hoy, el epicentro.

Porque una musa está para siempre
en el frío abismo del sentimiento
y, si la mar del recuerdo te la ofrece,
coge la rosa que está en movimiento.

Aprieta su tallo, si te conmueve,
besa ágil sus espinas de tormento,
de rocío y fuego, su alimento.

Mañana, los versos de sangre eleven
al sueño imposible que, inerte,
moría en desesperado lamento.

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