domingo, 24 de junio de 2018

EL NACIMIENTO DE JUAN “EL BAUTISTA”


Colaboración de Paco Pérez
EL ÚLTIMO PROFETA
Muchas veces lo que deseamos no coincide con lo que recibimos y, cuando nos ocurre esto… ¿Qué respuesta damos al Señor?
Algunas personas saben aceptar los hechos tal y como les vienen y se ponen en manos de Él sin reproches pero también las hay que, como suelen entender esas relaciones en un plano mercantil pues cuando tienen un contratiempo hablan con el Señor para comprometerse a realizar ciertos sacrificios si Él los saca de apuros. Cuando el desenlace de la situación no se ajusta a sus necesidades las personas no aceptan la contrariedad, rompen el compromiso que propusieron al Señor y lo culpan de ser el causante de sus problemas.

¿Creemos de verdad que es así como actúa el Señor con las personas?
Quienes lo piensan muestran un desconocimiento de Dios enorme porque hace muchos años que el profeta Isaías, adaptándose a sus tiempos y a las personas, les hablaba para que vieran con claridad que la actuación de Dios no podía ser comprendida. En 55, 8 les comunicó estas palabras inspiradas por Él: [Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice el Señor.].
También les enseñó, en 49,1-6, cómo el Señor siempre escoge a las personas para que le sirvan en su labor de evangelización desde que están en el vientre de su madre y les orientó cómo debían ser en el momento de comunicar al pueblo los mensajes para que les calara y cambiara el comportamiento.
Pasan los años y lo expuesto por Isaías en 55, 8 y en 49,1-6 queda confirmado en el posterior relato que hizo LUCAS en 1,57-66.80.  Según él, unos esposos ya mayores y sin hijos, Isabel y Zacarías, son escogidos por el Señor para que fueran los padres del último profeta, JuanEl Bautista”, y cómo la edad excesiva de los progenitores no fue un obstáculo que lo impidiera. La visita de María a su prima Isabel nos muestra cómo interviene Dios para que la una conociera de la otra el estado de buena esperanza en que estaba y cómo la incredulidad de Zacarías al recibir la noticia le ocasionó la pérdida de la voz. Cuando nació el hijo y tuvieron que ponerle el nombre se dio por hecho que sería Zacarías pero se ocasionó un choque entre la tradición del lugar y el encargo que el padre había recibido del Señor, las peripecias que se dieron para que no se le impusiera Zacarías, el hecho extraordinario que le hizo recuperar el habla al imponerle el nombre de Juan y, cómo no, el posterior desarrollo que el hijo tuvo como persona durante su crianza hasta que se retiró al desierto para regresar cuando le llegó el momento de predicar a las personas para allanarle los caminos al Mesías es una pista aclaratoria de cómo interviene en nuestras vidas cuando seguimos el camino que nos diseña.
Pablo retomó el tema expuesto por Isaías cuando les mostró la genealogía de Jesús, por él también podemos comprobar cómo va interviniendo Dios en la trayectoria de las personas para que puedan desempeñar la misión que les encomienda, que esa sucesión de personas y hechos desemboca en la venida de Jesús y cómo Él dio remate al plan que Dios tenía diseñado para las personas, cumpliéndose las promesas que el Señor hizo a las personas desde el comienzo de los tiempos. Como éstas anunciaban la venida de un Mesías que los salvaría Juan les recordó que ese salvador ya había venido, que se llamaba Jesús, que el pueblo lo mató injustamente, que después resucitó y que subió a los cielos.
JuanEl Bautista” fue un ejemplo de vida cristiana que renunció a la posición sacerdotal que le correspondía, se alejó del mundo civilizado de su tiempo y vivió en el desierto rodeado de pobreza. Cuando le llegó el momento predicó y profetizó, lo hizo guiado por la fuerza del Espíritu Santo y denunció lo que hacía en el Templo la clase sacerdotal y los políticos de Roma.
Su predicación se centraba en la necesidad que tenían las personas de dar un cambio radical a su vida pues así podrían estar preparados para participar en los acontecimientos que desembocarían en el Reino de Dios. La gente le respondió acudiendo al río Jordán para bautizarse, manifestar su deseo de dar un cambio a su vida y así poder obtener el perdón de sus pecados. Estos logros los alcanzó Juan El Bautista” con la predicación pero le originó que las autoridades religiosas y políticas se preocuparan de las consecuencias que les podía traer y confabularon contra él para matarlo.
La táctica empleada contra él fue la misma que contra Jesús, la propagación de historias incorrectas y falsas para que la gente perdiera la esperanza que les habían transmitido.
Pasan los años y en nuestros tiempos los medrosos siguen usando, contra las personas que les estorban para la consecución de sus objetivos, las mismas tácticas destructivas de entonces. Estas tácticas reportan beneficios inmediatos a los destructores pero unos años después las MENTIRAS que usaron para subir los descabalgan y la VERDAD se impone para colocarlos donde se merecen.





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