jueves, 7 de junio de 2018

SEVILLA


Colaboración de José Martínez Ramírez

Viví una tarde en la Maestranza,
y a la Esperanza, más bonita cada día,
yo le pedí demasiado de rodillas.
Vi al Cachorro por el Puente de Triana.
y, aunque viva lejos, sé quererte, Sevilla.

De la mano de mi amor, tan temprana,
paseé, cuando más falta me hacía,
vestido de Tenorio con Sultana
y bebiendo por Triana sus caricias
y, aunque viva lejos, se quererte, Sevilla.
Dentro de un jardín de flores granas
le canté de Machado unas letrillas...
¡Qué bonita la cancela de la villa
que calla los suspiros, qué gitana!
Y, aunque viva lejos, sé quererte, Sevilla.
Le besé al Guadalquivir su mejilla
sobre una barca de versos lorquiana,
la rosa que cayó del cielo, una maravilla,
y, como todas las flores amarillas,
fue para la virgen del Rocío tan lozana.
Y, aunque viva lejos, sé quererte, Sevilla.


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