sábado, 16 de junio de 2018

LAS PARÁBOLAS


Colaboración de Paco Pérez
METODOLOGÍA DE JESÚS PARA ENSEÑAR
Con la “parábolaJesús conseguía que sus enseñanzas fueran entendidas por quienes lo escuchaban. En esta ocasión empleó terminología del mundo agrícola y con ellas les enseñó qué debían hacer para caminar con acierto en su etapa terrenal. Eran palabras conocidas por ellos al recordarles lo que hacían y los procesos que después ocurrían, de manera natural, sin que la mano del hombre interviniera. Les comparaba la palabra con la semilla; que ésta debía ser depositada en las personas, como la semilla en la tierra; que después había que esperar un tiempo para que pudiera desarrollarse la planta, la espiritualidad, y confiar en que más adelante diera buenos frutos, las obras.

Tenemos un grave problema los católicos, no nos fijamos en los ejemplos que nos dejó Jesús para guiarnos en nuestro caminar terrenal y de ahí que las prisas sean el motor impulsor de la labor eclesial. No respetamos los pasos del proceso lógico después de ser mostrada la palabra y, como no tenemos espera, los frutos no son los adecuados… ¿Nace la nueva planta cuando no se dan los pasos necesarios en el momento correcto?
Por estas realidades me he preguntado muchas veces… ¿Seguimos el ejemplo que nos dio Jesús sobre la edad adecuada para recibir el Bautismo?
Considero que primero deberíamos llegar al conocimiento de Jesús mediante la lectura de la Biblia y después, con el paso de los años, si esta siembra se ha hecho bien y da buenos frutos pues lo lógico es que con la madurez la persona pida, de manera voluntaria, entrar a formar parte de la comunidad.
En nuestros tiempos, si no partimos del conocimiento de Dios, corremos el riesgo de que nos pase como al pueblo de Israel cuando estaba cautivo. Entonces, por mediación de Ezequiel, el Señor les habló de su liberación y ellos no lo entendieron cuando les dijo que “no serían liberados por el rey como ellos creían sino por el Señor y que lo haría mediante un descendiente de la estirpe de David, Jesús”.
Como este anuncio requería de una aclaración para ser comprendido, ellos esperaban ser liberados de la esclavitud, Él les comunicó que serían liberados del pecado y lo hizo de manera entendible, por mediación de Ezequiel, utilizando como ejemplo la crianza de los árboles. Con ese formato les anunció su poder para convertir lo grande en pequeño y lo pequeño en grande y también les dejó claro que todo aquel que se cobija en Él recibirá su ayuda.
Pablo viajó hasta el pasado del pueblo de Israel y les recordó los problemas que padecieron cuando estuvieron desterrados, utilizó una comparativa y en ella confrontó el hecho real del cautiverio que padecieron en otros lugares y el figurado que experimenta el espíritu en el cuerpo humano mientras vive.
En esta segunda las personas actúan cargadas de confianza intentando cambiar el comportamiento, propio y ajeno, para así intentar cumplir con el Señor y, mientras lo hacen, se guían por la fe para que cuando les llegue el momento de abandonar el destierro se presenten ante el Señor para ser juzgados por sus acciones y que Él les conceda el premio o el castigo por lo que hicieron.
















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