sábado, 3 de noviembre de 2018

DEBEMOS CUMPLIR LA LEY


Colaboración de Francisco Pérez López
SIN OLVIDARNOS DEL AMOR
Moisés también comunicó al pueblo el comportamiento que debían tener con Dios: Guardar todos los mandatos y preceptos que les habían entregado mientras vivieran, afectando a padres, hijos y nietos.
Les recordó que tenían un solo Dios al que debían amar, este comportamiento deberían mantenerlo siempre.
Debemos tener muy en cuenta que Dios, en ese momento, se estaba presentando a su pueblo con un formato de acercamiento diferente a lo anterior.


Cuando Jesús comienza a realizar su labor evangelizadora ya es un mensaje y un actuar diferente al A. T.. Un día estaba haciendo su labor, se le acercó un escriba y le hizo la pregunta que las personas temerosas de Dios siempre se están planteando cuando no tienen claro qué deben hacer para no fallarle y poder ir al final de sus días con Él al Reino. Leamos el texto completo de ese hecho en MARCOS 12, 28-34:
[28. En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
- ¿Qué mandamiento es el primero de todos?
29-31. Respondió Jesús:
- El primero es: Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. El segundo es este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
No hay mandamiento mayor que estos.
32-33. El escriba replico:
- Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.
34. Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
- No estás lejos del Reino de Dios. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.].
El escriba entendió el mensaje pero después de Jesús dudo mucho que los cristianos lo hayamos entendido y por eso me pregunto…
¿Nuestro compromiso se ajusta a la respuesta que le dio?
Considero que no porque hemos dado prioridad a cumplimientos, preceptos y tradiciones que Él no puso en el catálogo con el que le respondió a su pregunta.
El sacerdocio debemos analizarlo a través de la historia y entonces conoceremos de él cómo funcionaba antes y después de Jesús.
Al comienzo, los sacerdotes se consagraban al culto pero su condición humana les hacía tener una temporalidad que estaba sujeta a la muerte y por eso hubo muchos. Con Jesús cambiaron los hechos porque, debido a su inmortalidad, Él sigue entre nosotros y siempre lo estará.
La clase sacerdotal, a diario y por ser hombres imperfectos, hacían sacrificios para pedir al Padre por sus pecados y por los del pueblo, por las cosechas, por la salud... Jesús es el sumo sacerdote y no tiene que hacer sacrificios a diario como ellos porque, con el sacrificio de su muerte, los pecados de los hombres de todos los tiempos quedaron lavados.
Esta evolución nos debe llevar a una comprensión real del culto a Dios y a un comportamiento diferente en nuestra relaciones de familia y sociales. Si lo logramos no seguiremos encorsetados en normas estrictas que nos recortarán la libertad.
Jesús no deseaba que fuéramos así y por eso enseñó a los judíos, y a nosotros con ese ejemplo, que debían sacar el animal caído en el pozo antes de que muriera o no sacarlo y que muriera porque era sábado. Él no se oponía al sábado pero consideraba que era más importante curar en sábado al enfermo que no ayudarle y dejarlo abandonado a su suerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario