martes, 10 de marzo de 2020

MUSEO “CEREZO MORENO”


Colaboración de Paco Pérez
RECUERDOS INOLVIDABLES
Capítulo I
Hace años, por necesidades laborales, tuve que comprar un ordenador y comenzar a dar mis primeros pasos por la virtualidad. Un tiempo después, con personas conocidas o amigas, intercambiaba el e-mail y comenzaron a entrar en “Bandeja de entrada” archivos en PPS y PPT. Como es lógico, todo lo que entraba no era bello pero algunos sí eran maravillosos y comencé a guardarlos etiquetados en viajes, historia, arte, humor, religiosos... Así empleaba mis ratos de ocio.

La contemplación de estas maravillas me enganchó tanto que decidí aprender la técnica de su montaje, fue una decisión estupenda porque viví una de las etapas más inolvidables de mi vida pues para conseguirlo comencé aplicando la técnica de los mecánicos antiguos en el taller, enderezando lo torcido a martillazo limpio. Como unos trabajos venían en PPS y otros en PPT pues, de manera casual, aprendí que esas letras eran “extensiones” diferentes y también que la “S” servía para poderlo ver, al abrirlo, en presentación automática y la “T” en modo manual, una a una, siendo ésta última modalidad la que tenía que emplear para el montaje. Lo que me costó más trabajo conseguir fue el lograr insertarle la música pues no sabía que las piezas válidas estaban grabadas en un formato concreto y que por esa razón todos no servían para los trabajos en Power Point. Al que hice le inserté, de mis archivos, música en MP3 y me ocasionó un disgusto gordo porque, grabado en un pendrive, me lo llevé al Colegio para presentarlo en sociedad a los “colegas”… ¿Qué ocurrió al mostrárselo?
Los textos, la temporalidad fijada a las diapositivas, los efectos de sonido… Todo eso funcionó muy bien pero la música no se escuchaba. Intrigados, comenzamos a opinar sobre las posibles causas que ocasionaron la afonía que sufrió la presentación y presté mucha atención a la que dijo uno:
- Es posible que no se escuche porque fuera de tu ordenador no la puede reproducir, tiene que ser en él.
Tenía mucho fundamente lo que dijo, no lo olvidé y, al regresar a casa, volví a reproducir el PPS y funcionaba perfectamente.
Intentando descubrir el secreto, una tarde, seguí la técnica médica de la disección para indagar en el interior de un PPT recibido y un rato después supe que el archivo musical utilizado estaba en Wav, pasé otros PPS a PPT para hacer la comprobación y se confirmó lo descubierto, por ese detalle pude saber y confirmar que MP3 no era el archivo musical adecuado para estos trabajos. Cuando viajé a Jaén visité ilusionado “Pioneros” y otros establecimientos del ramo para comprar discos grabados en Wav pero en ninguno de ellos encontré lo que buscaba.
Sintiéndome impotente para darle solución al tema comencé de nuevo a meditar sobre una posible solución y la encontré. Abrí el PPT que monté y uno de los recibidos, los puse “minimizados”, corté una diapositiva en el archivo recibido, la pegué entre dos del nuevo, lo puse en modo automático y funcionó… ¡Qué alegría me llevé!
Después tenía que hacer otra prueba, retirarle la diapositiva utilizada para el experimento y comprobar si la pieza musical insertada seguía escuchándose sin ella. Así fue cómo acabé con este problema y desde aquel momento cada vez que recibía un trabajo con una pieza musical de mi agrado la guardaba en una carpeta con la etiqueta “DESGUACE”.
¿Por qué he comenzado mostrado este recuerdo?
Porque el Museo “Cerezo Moreno” ya lo difundí por e-mail con archivos PPS en mayo de 2009 y, al preparar la adaptación de ese material para esta publicación, estos recuerdos se activaron.
Ahora mostraré el Museo, de nuevo, en capítulos, según estaba organizado antes, con las obras que había y aprovechando las fotos que entonces hice.



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