lunes, 29 de marzo de 2021

EL LADRÓN DE BESOS

                               Colaboración del "Gran Serafín"
Robé un beso de sus labios como quien roba una flor y me clavé las espinas que guardan su corazón, la herida que me produjo no me causó dolor, saqué el pañuelo que un día, en mi santo, ella me dio y nos limpiamos la sangre de aquel beso de pasión.                             
Como una tela de Araya su tejido me atrapó, me envolvió en la maraña y me apresó para siempre en la cárcel de su amor. El tejido de la trama nunca lo pude romper pues, mientras más me movía, más preso me sentía y su amor más me oprimía.                                
Amedrentaba mi cuerpo por robarle el amor y envolvía con sus patas el mío que se movía, desnudaba mis pechos para poderlos morder, no lo pude aguantar, le mordí en la mejilla, apreté con todas mis fuerzas para poderme librar pero mientras más lo intentaba menos logros conseguía y su amor más me oprimía.                                     
Miraba para todas partes y mis ojos no la veían, la intentaba buscar pero encontrarla no podía y todo lo que veía ensombrecía nuestro amor que era lo que yo no quería.                        
Me moriría de dolor si no me das el amor para que siempre te quiera, porque vivo para ti y no puedo resistir que anochezca y amanezca, toqué por todas partes y tú nunca estás ahí. Porque, como perro en celo y con el rabo empinado, corro de esquina en esquina y huelo tratando de encontrarte para echarte un nudo perruno del que no escapes nunca más, aunque los zagales del pueblo nos tengan que apedrear si nos quieren despegar.       

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