lunes, 1 de marzo de 2021

SAQUÉ EL ALMA DE MI CUERPO

             Colaboración de “El Gran Serafín”

Saqué el alma de mi cuerpo para poderla limpiar y, moviendo de sitio cosas que tenía guardás, se me quedaron las marcas y no las pude borrar.                
La zona más misteriosa no la pude ni tocar, amenazaba ruinas y estaba deshabitá, intenté rehabilitarla para poderla habitar, piqué todas las paredes y las volví a repellar y, a los cuatro o cinco meses, las manchas volvieron a estar.
Hice fuego en un rincón para quemar recuerdos que no había podido borrar y calciné mi pasado hasta no dejarme na.                
Abrí ventana a mi vida para poder respirar y me dormí tan profundo que al otro día, al despertar, me besaron la mejilla y no me enteré de na.             
Salí fuera de mí mismo y, mirando al lugar donde había dejado el alma, ya no la pude encontrar. Busqué a quien se la llevó pero nadie sabía na y, una niña que lo vio, me dijo:
- No llores más, que el alma que tú has dejado yo la tengo aquí guardá, porque al ver que no venías también se puso a llorar y tanta pena me dio que la tuve que consolar de aquella pena de amor que tú le hiciste pasar.

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