viernes, 16 de octubre de 2015

RECUERDOS DE UN DÍA MARAVILLOSO

Colaboración de Ramiro Aguilera Tejero
Por alusiones:
Hace años nuestro amigo José Martínez Ramírez (Pepe el del Tropezón para los amigos)  me llevó a un paseo inolvidable, subimos en dirección al puerto de Trisla, que separa Torres de Jimena en la cara oeste del Aznaitín y me llevó a un rincón arropado entre él y el cerro de Castellar, allí, además de contemplar una espectacular imagen de nuestra campiña respiras paz de espíritu, si Dios existiera, viviría en sitios como éste. De hecho, su nombre Az-naitín hace referencia al dios íbero Netón, señor del fuego y del trueno.

Pepe conoce la vertiente norte de nuestra desconocida Sierra Mágina como si de la Vegueta o del Arroyo Salado se tratara. Es un placer llevarlo de cicerone porque se acerca al campo respetándolo, sintiéndolo, sorprendiéndose y disfrutándolo.
Ese día me confesó que no entendía cómo habiendo vivido tan cerca de esta sierra no la conoció hasta que, por su trabajo, se fue a Mancha Real. A mí me pasó algo parecido.
Desde esta ventana invito a nuestros paisanos a que no dejen de visitar esa joya de sierra, coronada por sus tres picos: Mágina, Almadén y Aznaitín; que beban las aguas que a borbotones brotan de la Fuenmayor; que respiren los aromas de la rica y variada flora; que acudan al mayor adelfal de Europa, el que abraza al río Cuadros de Bedmar, donde se ubica la ermita de la Virgen del mismo nombre; que no se sorprendan si en su camino se cruzan las cabras montesas; los sobrevuele las sombra del águila real o intuyan el vuelo del gavilán.
Estoy seguro de que Pepe abrirá las puertas de Mágina a cualquier villargordeño que se lo pida.


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