martes, 24 de septiembre de 2019

DE RURALES MANERAS


Colaboración de Manuel Sánchez García
I.
Con la llegada del mes de septiembre,
los primeros besos saben a humedad,
los campos se revisten de verde,
quiero que me quieras una eternidad.

Esos versos me los dijo mi padre, chiquilla,
con una copa de aguardiente,
y luego, otra de manzanilla.

Ten cuidado con la niña, Adriana,
parece que anda un poco desorientada.
No te preocupes, Antonio de mi alma,
la vigilo de noche y día en un vivir sin calma.

(CANTANDO)
Esta chiquilla loca me está matando,
quiere que me entere que la están besando.
Esta chiquilla loca me está ahogando,
es un mar de espinas lo que estoy pasando.

II.

Con los primeros cánticos de la mañana,
mi madre se despertaba para ir a la aceituna,
a mi hermanito le cantaba una nana,
y bien dormidito se quedaba en su cuna.

Esos versos me los dijo mi madre, chiquillo,
con una flor entre los labios,
y un llanto medio escondido.

Échale un ojo al niño, Antonio,
no quiero  que se vaya a robar nidos.
Vete tranquila, Adriana de mi corazón,
estaré vigilando desde nuestro balcón.

(CANTANDO)
Este chiquillo loco me está matando,
no quiere que lo vea por ahí vagando.
Este chiquillo loco me está ahogando,
es un cielo sin estrellas lo que estoy pasando.



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