lunes, 30 de septiembre de 2019

PALABRAS PARA LIDIA


Colaboración de José Martínez Ramírez

Con mi corazón cogido de la mano
viví en Villargordo con la luna llena,
al fondo el Guadalquivir muy ufano
la reflejaba temblorosa e inquieta.

Fue una noche de mi mejor verano
habitaban en mí la mar y una estrella,
mucho antes, lloré y reí como humano,
me emocione, defraude y en la cuneta,

dejé vivencias y seguí paso a paso…
Me caí, me levanté y no tuve en cuenta
que amé como nunca había amado.
Viajé a ciudades y pueblos por carretera,

en tren visité España de lado a lado,
conocí a mucha gente, sentí pena,
cuando prendí una rosa de su tallo
las espinas lacerantes de una quimera,

nunca cicatrizaron en mi mano.
Me emocioné bajo una cascada fresca,
en la mar bravía, y por un cerro nevado,
con un vaso de vino y una cerveza.

Por el canto de una perdiz bien temprano
con su plumaje azul, negro y canela
con la inquietud del verdecillo en un castaño
pero todo es nada cuando te vi tan serena,

jamás imaginé un cielo tan claro,
nunca pensé que existía tanta belleza.


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