D. FRANCISCO CEREZO MORENO

Colaboración de Paco Pérez

Hoy, buscando información en la virtualidad, me fui encontrando alguna sin pretenderlo, en una de ellas se mencionaba a nuestro pintor local.

Después decidí buscar en mis archivos los PPSs que monté y publiqué hace muchos años sobre él con la documentación que entonces me facilitó Miguel Ángel Navarro Jiménez, licenciado en Humanidades y responsable del Museo “Cerezo Moreno”.

Su padre se llamaba José Cerezo Rodríguez, de profesión herrero, nació en Marmolejo (JAÉN), visitó nuestro pueblo y se enamoró de Juana Moreno Mateos. Un tiempo después se casaron, fijaron su domicilio en Villargordo (JAÉN) y tuvieron nueve hijos, siendo D. Francisco el séptimo. Nació el 19 de enero de 1919.

El padre murió en 1933 y, siendo todavía un niño, la familia dejó su residencia en Villargordo y se trasladó a vivir a Jaén. Empujado por su afición a la pintura y el dibujo ingresó en la Escuela de Artes y Oficios, matriculándose en la clase de “Dibujo Artístico”.

En 1947 es pensionado por la Excma. Diputación Provincial de Jaén para ampliar estudios con el pintor Julio Moisés Fernández en Madrid. Allí conoció al restaurador Enrique Rodero y con él estuvo, durante un tiempo, aprendiendo esta rama artística.

Él se consideraba un pintor autodidacta pues adquirió su formación pictórica, principalmente, estudiando en solitario el NATURAL y la FIGURA HUMANA.

Durante su carrera recibió, como reconocimiento a su obra, diversos premios y distinciones:

- Medalla de Oro en la III Exposición Provincial de Arte. En 1944.

- Primer Premio Nacional de Pintura del Excmo. Ayuntamiento de Jaén. En 1958.

- Los poetas de Jaén le concedieron “El Olivo de Oro”. En 1971.

- El diario “Jaén” le concedió el galardón de “Jiennense

del Año 1997”, por la rama ARTE. En 1998.

En 1950 regresa a Jaén, monta su estudio en el antiguo “Convento de las Carmelitas Descalzas”, edificio de gran poder evocador. Desde su ventana, que daba a la “Senda de los Huertos”, pintaron las lejanías de Otíñar sus amigos Serrano Cuesta, Rufino Martos y

Rafael Ortega, entre otros. Fue este edificio punto de reunión de artistas y poetas jiennense de la posguerra.

Estudió, dominó y ejerció la RESTAURACIÓN en palacios, museos y catedrales de varias provincias españolas: El Cabildo de la Catedral de Jaén le encarga la restauración de la colección de pinturas y esculturas del “Museo Diocesano”. En 1960.

En 1963 interrumpe su producción pictórica, se marcha a Madrid e ingresa en el Instituto Central de Restauración.

En 1969 regresó y continuó con las restauraciones en Jaén para la Catedral, la Santa Capilla de San Andrés y el Museo Provincial.

La Dirección General de Bellas Artes le encargó hacer restauraciones en Toledo, Cáceres, Cuenca, Sevilla, Huelva y Jaén. En 1970.

Nuestro pintor fue un viajero incansable, recorriendo la geografía de España. En ellos siempre iba acompañado de su “Cuaderno de dibujo”, donde trazaba los apuntes de sus pueblos, castillos y atalayas.

En 1974, realizando uno de estos viajes, conoció el pueblo de Segura de la Sierra (Jaén) y quedó impresionado por su luz clara y limpia. En él compró, unos años más tarde, una casa-estudio y en ella pasaba largas temporadas.

En 1995 el Excmo. Ayuntamiento de este pueblo jiennense le dedicó una de sus calles.

Fueron varias las publicaciones que se escribieron sobre la vida y la obra del pintor:

- En 1961, Manuel Capel Margarito publicó una obra biográfica.

- En 1981, el Instituto de Estudios Jiennenses le publicó el libro “Mis cuadernos  de dibujo”, con textos y biografía de López Pérez.

- En 1989, Castillos y atalayas del “Reino de Jaén”. Juan Eslava Galán escribió los textos.

- En 1996 publicó el libro de dibujos “Jaén emblema del Renacimiento”, con textos de Pedro Galera Andréu.

La obra de D. Francisco Cerezo Moreno, como le ocurre a todos los artistas, sufrió los cambios de estilo que le ocasionaban las influencias del lugar, el ambiente en que se desenvolvía y su propio espíritu. Al principio reflejó una influencia TENEBRISTA, después pasó por una etapa intermedia en la que se aprecia cómo el color la va enriqueciendo y la etapa final o LUMINOSA. Esta última está influenciada por su estancia en el pueblo de Segura de la Sierra.

Durante su dilatada carrera profesional retrató las costumbres y los personajes de la sociedad jiennense, pintó bodegones y paisajes naturales, inmortalizó los rincones típicos del Jaén antiguo y realizó dibujos con plumilla.

Su obra se expuso en:

- La Real Sociedad Económica de Málaga, en 1961.

- Nueva York, en 1967.

- Expuso una “Colección de tablas” con motivos de Segura de la Sierra en el Castillo de Jaén, en 1978.

- En Jaén y Granada, en 1984, homenajeó a Segura de la Sierra.

- La Diputación Provincial de Jaén, en sus “Salas Provinciales”, le montó una Exposición Antológica, en 1996.

En una exposición, junto a una de sus obras.

D. Francisco fue una persona muy cordial, amante de la soledad y no se casó porque, lo comentaba cuando surgía el tema, que tenía vocación de soltero.

Guardo de él el recuerdo de dos encuentros:

- Una mañana regresaba a casa por la calle Granadillos y me lo encontré sentado en el asiento del conductor de un Seat 600, tenía la puerta abierta y, sobre un cuaderno, dibujaba la vieja casa señorial que ahora es propiedad de mis amigos Vicenta y Alonso. Un tiempo después se publicó una fotografía antigua de dicha casa y entonces recordé la escena relatada.

- En la década de los 70, formando parte de la Junta de Gobierno de la Cofradía del Stmo. Cristo de la Salud, iniciamos la reforma de su ermita y un día, hablando de su decoración, alguien se acordó de D. Francisco y propuso visitarlo para pedirle que nos pintara un tema para colocarlo en la cúpula. Acompañado de D. Cañas Calles, eran muy amigos, lo visité en el estudio que tenía en ese edificio grande que hay frente a Gobernación, en la calle Carmelo Torres, le expusimos el motivo de nuestra visita y le mostré un boceto para orientarlo sobre lo que deseábamos. Lo miró y nos respondió sin mostrarse muy dispuesto:

- Podría hacer un cuadro cuyo motivo fuera la “Espada de Santiago”.

La verdad, quedé muy decepcionado y, después de unos minutos, nos despedimos y ya no hablamos más del tema.

Falleció, en su domicilio, el día 10 de Octubre de 2006, a los 87 años.