sábado, 1 de febrero de 2020

LA PRESENTACIÓN DE SEÑOR


Colaboración de Paco Pérez
Unos 400 años a.C. Malaquías anunció la venida del precursor, Juan “El Bautista”, y la de Jesús. Eran tiempos difíciles porque el pueblo de Dios caminaba a diario sin ilusión en sus quehaceres y creencias, por eso les habló el profeta de la necesidad que había de purificar el culto, acción reservada para el Salvador anunciado y esperado.
Cuando nació Jesús, sus padres, fieles cumplidores de lo que mandaba la tradición del pueblo y el Señor, hicieron lo establecido: Circuncidaron a Jesús a los ocho días de nacer; lo presentaron en el Templo, al ser primogénito y varón, y, a los cuarenta días de su nacimiento, María fue a él para cumplir con lo establecido para las madres, la purificación.

La fiesta de “La Presentación del Señor” también es conocida con otros nombres, “La Luz” y “Las Candelas o Candelaria”. En ella se celebra que María y José llevaron a Jesús al Templo y en él los estaban esperando Simeón y Ana.
¿Qué se cumplió en ese encuentro?
Desde la antigüedad, el pueblo de Dios había sido educado en la creencia de que un día les vendría el Mesías=Salvador y estos ancianos vivían con la esperanza de verlo antes de morir. Por esa razón acudieron al Templo y puede entenderse que algo especial debió ocurrir para que María se lo entregara al anciano, así se cumplió la esperanza que ambos tenían de ver al Salvador.
Simeón dijo a María unas palabras que anunciaban lo que representarían para la humanidad Jesús y sus enseñanzas, está en LUCAS 2, 34-35: [Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: “Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.”].
Cuando Jesús creció hablaba a las personas, sus palabras eran VERDADERAS, siempre actuaba en defensa de los débiles y lo hacía aplicando la JUSTICIA pero, a pesar de ello… ¿Fue comprendido?
Unos sí, los que no dudaron en seguirle y perder su vida por defender su doctrina, pero otros, los que entonces ejercían el poder fáctico en la sociedad de Israel, se unieron contra Él porque lo que decía los ofendía, por eso se conjuraron en su contra y lo mataron.
Simeón acertó totalmente cuando, movido por Dios, anunció a María el sufrimiento que esperaba a Jesús y a ella.
En nuestros días la sociedad sigue estando tan confundida como en los tiempos de Jesús pues sigue sin aceptar a las personas que, con valentía, denuncian los atropellos que se hacen en todos los estamentos al favorecer o aplaudir a quienes se visten cada mañana con el traje de la mentira. Él denunció la corrupción de la clase sacerdotal, de los doctores de la Ley y del poder político… ¿Qué hacemos nosotros en los días convulsos que estamos viviendo?
Guardar silencio y cuando tenemos la oportunidad de cambiar los acontecimientos con el voto seguimos escondiéndonos detrás de las cortinas… ¿Hubiera hecho Jesús lo que hacemos nosotros?
Unos años después, Pablo informaba al pueblo de que Jesús era igual que cualquier otra persona, razón por la que su condición humana no podía ser puesta en duda, pues venció a la muerte y sufrió el dolor de la vida, por esas verdades comprendió el dolor de quienes sufrían, y sufren. 
José Antonio Pagola escribió: [Cuanto más nos acerquemos a Jesús, mejor veremos nuestras incoherencias y desviaciones; lo que hay de verdad o de mentira en nuestro cristianismo; lo que hay de pecado en nuestros corazones y nuestras estructuras, en nuestras vidas y nuestras teologías.].





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