miércoles, 21 de octubre de 2020

¿QUÉ PASA EN NUESTRA ESPAÑA?

Colaboración de Paco Pérez

NADA OCURRE POR CASUALIDAD

Las personas somos muy dadas a encontrar respuesta para las cosas que nos ocurren y dependiendo de nuestra religiosidad o de nuestra increencia siempre las encontramos en Dios, en las personas o en la casualidad pero yo no soy partidario de recorrer esos sencillos caminos porque considero que el tema no es tan simple y por eso me suelo preguntar… ¿Las respuestas que damos a las cosas que nos pasan están basadas en hechos objetivos o son fruto de nuestra subjetividad?
Podríamos analizar muchas situaciones pero voy a centrar mis planteamientos en los dos temas que más preocupan en nuestros días a los españoles, la “pandemia” y la “crisis económica”. Ambas, cogidas de la mano, se siguen paseando por nuestros pueblos y ciudades sin mostrarnos la más mínima intención de dejarnos a pesar de haber atropellado brutalmente a muchos españoles y mandarlos a la UCI y, la verdad, ahora no sabemos cuándo podremos salir del caos en que estamos, si tardaremos poco o mucho tiempo en conseguirlo, si lo haremos caminando con normalidad, si pasaremos a cuidados intensivos o a planta, si nos recuperaremos lentamente, si saldremos en silla de ruedas y con bastones o si será una situación irreversible que dará por concluido nuestro paseo terrenal. A quienes pasan por este trance final y no lo superan sólo les queda confiar en que Dios los acoja y que sus familiares cumplan con los actos sociales que las personas realizamos en estos casos: El funeral, según sus creencias, y después la visita al crematorio o llevando los restos al Campo Santo en coche fúnebre normal o según la antigua usanza, en un carruaje tirado por unos magníficos caballos negros.
¿Cuántas personas de España tuvieron que pasar, y pasan a diario, por cualquiera de esas situaciones? ¿Estaríamos sufriendo en España, ahora, la misma situación sanitaria y económica si hubiéramos estado gobernados por otros dirigentes?
Nadie, a mi entender, puede afirmar que los actuales son los culpables porque hay muchas variables que inciden en los acontecimientos de la vida pero si somos objetivos, algo que nuestros gobernantes y sus votantes no lo son, entonces encontraremos las razones que ayudarán algo a esclarecer los hechos.
En España, probar la culpabilidad de alguien se ha convertido en algo casi imposible cuando hay que juzgar las travesuras de nuestros dirigentes pues algunos políticos, fiscales y jueces actúan con total impunidad adecuando la normativa legal para que las modificaciones “ad hoc” que improvisan, introducen y después aprueban con sus mayorías viciadas favorezcan al infractor que quieren salvar y así lo que logran legalmente es que triunfe la MENTIRA gracias a la ayuda de las variables con que las aprueban… ¡Les importa un comino que decisiones de este tipo huelan a pescado podrido!
¿Por qué actúan así?
Porque llevaban años abanando la parcela que ahora les está dando estos frutos destructores y a los demás sólo les queda el derecho de dar voces, opción que tiene poco recorrido, lo que está sucediendo hoy en el Congreso.
Si hacemos un esfuerzo mental e intentamos razonar un poco entonces comprobaremos que cuando sucede algo así o parecido “no es fruto de la casualidad” sino la consecuencia lógica de una “concatenación de elementos” que se han ido enlazando silenciosamente y sin pausa desde hace años para que en el momento más inesperado confluyan en un punto y el silencioso proyecto que hasta entonces estaba en marcha sea presentado en sociedad como única posibilidad de gobierno y pronto se convierta en una realidad desconocida e incontrolada… ¿No es eso lo que ha ocurrido después de aquel paseo de ambos dirigentes por Madrid y que años después acabó con el televisado abrazo?
Es evidente que la “pandemia” se inició en China y, según han contado algunos valientes, las autoridades tardaron en reaccionar un tiempo precioso que después fue vital para que les pasara factura a ellos y a nosotros. Cuando lo hicieron pusieron en marcha el aislamiento de la población, edificaron un hospital gigante en unos días y lo que nos parecía un drama después resultó ser bastante menos grave, si hacemos una comparativa con lo ocurrido después en otros países, por ejemplo, en EEUU, Brasil, Bélgica, Reino Unido, Italia o España.
China tenía en 2019 una población de 1.395.380.000 y el 9 de agosto de 2020 contabilizaba 4.634 fallecidos y 84.619 contagiados mientras que España, en las mismas fechas, tenía una población de 46,94 millones y el Ministerio de Sanidad informó de 28.503 fallecidos y 305.855 contagiados. Según lo publicado, ambas informaciones no se ajustaban a la verdad.
Cuando Covid19 se manifestó en China se notició que el foco había estado en un mercado porque se comercializaban animales vivos y que éstos habían transmitido el virus, unas fechas después empezaba a divulgarse que éste tenía su origen en un laboratorio de Wulhan y que un fallo humano había propiciado que saltase hasta la población civil e incluso se habló de que ellos lo habían fabricado, lo que no ha sido demostrado por los divulgadores.
Cuando en los primeros días de 2020 todos los países veían, desde la lejanía, el problema planteado en China como algo circunscrito al lugar iniciado creíamos, yo el primero, que era cosa exclusiva de ellos porque vivían muy alejados de Villargordo. Ese pensamiento hizo que unas fechas después me pillara el toro tan desprevenido que no teníamos en la familia ni mascarillas que ponernos y salíamos de casa totalmente desprotegidos. Por esa misma razón, supongo, que a los demás ciudadanos de a pie también los cogió la incipiente pandemia sin tomar conciencia de la realidad que se nos venía encima pues desde el Gobierno no se nos previno de la gravedad real del virus que entraba a diario desde fuera por aeropuertos, puertos, ferrocarriles o carreteras a pesar de que en los altos estamentos de la gobernanza mundial sí conocían esa realidad y su consecuente peligro, de ahí que la OMS informara a los gobiernos, al nuestro también, de los protocolos preventivos que tenían para tomar medidas en situaciones de pandemia pero… ¿Hizo nuestro GOBIERNO, en esas primeras fechas, los deberes a pesar de las advertencias e informes recibidos?
Creo que no estuvo acertado porque quedó demostrado en su día que no habían hecho lo correcto al NO informar verazmente a los españoles y permitir las concentraciones multitudinarias de personas en toda España para celebrar el “Día de la mujer trabajadora” y un “Mitin de Vox” en Madrid, ambas ocurrieron unos días antes de implantarnos el “estado de alarma”; NO acudir en su momento a los mercados para aprovisionarse del material sanitario de protección, necesario y adecuado, para los Cuerpos de Seguridad del Estado, los sanitarios y la población civil; afirmar que se realizaban en España más pruebas de diagnóstico que en el extranjero y no era verdad, nos engañaron; tomar decisiones basadas en los consejos que les sugería el COMITÉ de EXPERTOS, más adelante afirmaron que nunca existió; COMPRAR, apremiados por las urgencias, un material que no cumplía con las normas de seguridad exigidas; MENTIR para ocultar las cifras reales de fallecidos; UTILIZAR el estado de confinamiento para aprobar con urgencia normas que están poniendo en peligro nuestra democracia; APARTAR la MONARQUÍA de sus funciones como si fuera un florero inservible; ELEVAR a los DELINCUENTES a la categoría de señorías aforadas que les permite no ser tocadas ni acudir a declarar a los juzgados si son requeridas para esclarecer sus presuntos DELITOS… ¿Se puede ser más incongruentes por lo que predicaban antes de llegar al poder y lo que hacen ahora cuando ya están aposentados en él?
Si después de todas estas realidades no somos capaces de ver con claridad que nada de lo que nos está ocurriendo es fruto de la casualidad sino de una manipulación sectaria pues no reaccionaremos a tiempo para parar democráticamente el “sunami dictatorial” que se nos viene encima y por esa razón nos merecemos lo que nos venga después porque el desenlace final sólo lo pueden parar los votantes sensatos y Dios, si considera que nos merecemos su ayuda.
Salvando las distancias, Gabriel García Márquez escribió “Crónica de una muerte anunciada”, un relato basado en un suceso real en el que desde el comienzo el lector conoce qué va a ocurrir, es decir, quién va a morir, quién ejecutará el acto y el porqué.
En nuestro caso también sabemos bien que la víctima elegida desde hace algunos años es la DEMOCRACIA que nos regalamos los españoles, después de morir FRANCO, cuando el 15 de diciembre de 1976 el pueblo español acudió a las urnas para votar, en Referéndum y libremente, si apoyaba o no el Proyecto de Ley para la Reforma Política que se había aprobado en las Cortes y resultó que el 94,17% de los votantes dijo , con una participación del 77,8% del electorado.
Esta evolución del modelo político de gobernanza fue una evidencia tangible de cambio pero debió doler mucho a las personas inmovilistas que no aceptan jamás que sus ensoñaciones trasnochadas dejen de tener vigencia porque el estado del bienestar que ellos tanto han vociferado y hemos tenido hasta ahora no está implantado en ningún país que los apoya para que se impongan sus modelos dictatoriales de gobernanza en otros lugares, en este caso sería nuestra amada España.
¿Estamos dispuestos a permitir que se repita el relato de Gabriel García Márquez sabiendo ya que las víctimas seremos los españoles y los ejecutores del cambio político dictatorial quienes nos gobiernan?
Si nuestra indolencia nos hace seguir mirando para otro lado no tendremos que cruzar el Atlántico para vivir pronto como en Cuba o Venezuela, por poner dos ejemplos de gobernanza que tienen encandilados a nuestros gobernantes actuales. Si esto ocurre no nos quedará otra opción que recordar la expresión que tanto repetía mi abuelo cuando presentía que un peligro inminente se acercaba:
¡Que el Señor nos encuentre confesados!
Espero que seamos sensatos y no nos olvidemos de lo que nos están haciendo ahora estos políticos, sectarios y poco preparados para el cargo, cuya profesión principal o de más largo recorrido haya sido la de militar en partidos que sólo pretenden llevar a España a la destrucción y a los españoles a un nuevo enfrentamiento social

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