viernes, 7 de mayo de 2021

EL AMOR DE DIOS

 Colaboración de Paco Pérez

CAMINO PARA EL CRISTIANO

Jesús es el modelo de comportamiento que debemos seguir pero la realidad es otra, la mayor parte de los cristianos decimos una cosa y después hacemos la contraria… ¿Por qué?
Porque aún no conocemos en qué consiste seguirle o estamos confundidos pues decimos que creemos en Él, luego continuamos con las mismas rutinas y nunca abandonamos en silencio lo que no sirve para hacer el bien a las personas que nos rodean, es decir, seguimos practicando el egoísmo, la insolidaridad, la violencia, la mentira, la injusticia… Lo lograremos cuando amemos de verdad a Jesús y para que eso ocurra será necesario que también amemos a los que nos rodean y no vivamos pensando sólo en nuestros problemas sino preocupándonos de dar solución a los de otros. El día que nos comportemos así será porque nació en nosotros la persona nueva, esa que se preocupa del prójimo en la línea que nos proponía Él.
Cuando los discípulos recordaron las vivencias que tuvieron con Jesús, las analizaron, las relacionaron entre sí, comprendieron el porqué de lo que había sucedido desde que le conocieron y ese descubrimiento los enriqueció, los empujó a dar la cara por el mensaje de amor al prójimo que les comunicó, vieron la luz de la verdad y practicaron la justicia.
Cuando comprendieron esa realidad ya no dudaron más porque la fe los acompañó al recibir el Espíritu Santo que les había prometido Jesús, formaron una comunidad muy cohesionada, compartieron las necesidades y lo que tenían, las alegrías y las penas, en ella todos eran iguales porque no había privilegios y la práctica de la oración comunitaria los unía y les ayudaba a eliminar las discrepancias cuando surgían.
Vivir así proporciona felicidad y ésta es muy necesaria para realizar la acción evangelizadora en nuestra vida diaria, si queremos conseguir algo positivo de los demás, pero si intentamos hacerlo de manera individual, teórica o rutinaria y nos falta entonces no tendremos a alguien que nos oriente o consuele para continuar si no logramos cambiar la sociedad y entonces ésta seguirá sin caminar por donde Jesús lo hizo y desea que ahora lo haga. Este fracaso será porque seguimos haciendo lo mismo debido a que no supimos interpretar bien cómo debíamos cambiar nuestro actuar y entonces deberemos preguntarnos… ¿Podremos convencer los cristianos a otros con estas prácticas?
No debemos seguir viviendo dando la espalda a la realidad de nuestro mundo sino preocupados por dar respuesta a las necesidades ajenas, defendiendo la verdad y la justicia y sin olvidarnos que hacerlo nos acarreará sufrimiento, como le ocurrió a Jesús. También deberemos estar muy atentos a la divulgación intencionada de las doctrinas que emanan de las ideologías perversas pues con ellas nos están creando falsos dioses para inutilizar así nuestra libertad y, una vez logrado, ya consiguen que actuemos influenciados por las directrices de esos mentores sin alma y no con la ayuda del raciocinio que emana de nuestra capacidad de pensamiento libre, un regalo del Padre.
Cuando Cornelio mandó llamar a Pedro éste acudió a su casa y el encuentro nos enseña el reconocimiento y la admiración de un gentil hacia un hombre de Dios y también cómo debe ser el comportamiento cristianismo con los gentiles, atender sus necesidades, en otro tiempo Pedro no hubiera acudido. Al cambiar nos enseñó que todos somos iguales pues Jesús no estableció diferencias y nos pidió que amáramos al prójimo y fuéramos justos con él. Después, cuando les habló en lenguas diferentes, el Espíritu Santo descendió sobre los reunidos, los judíos presentes se sorprendieron porque no comprendían que Dios, al ocurrir en presencia de los gentiles, derribara así las barreras que unos hombres habían puesto contra los otros. Aquella acción hizo que Pedro comprendiera que Dios quería por igual a los judíos y a los paganos y les enseñó que si todos habían recibido el Espíritu Santo pues él no encontraba argumentos que impidieran recibir el Bautismo a los gentiles.
¿Hemos asimilado los cristianos que no debemos rechazar a quienes no sean de nuestra raza o condición social?
Juan nos enseña en qué consiste el verdadero amor y para ello nos pone como ejemplo el amor que Dios nos tiene… ¿Cómo lo descubrimos?
Fijándonos en que Él nos regaló a su Hijo para que después muriera y con ese acto sublime salvara a los hombres, sus hermanos, de la muerte que nos ocasiona el pecado.
El Padre amó a Jesús y, de la misma forma que fue amado, Él nos ama y por eso quiere que nosotros también lo amemos. Para que este deseo del Padre se cumpla es necesario que si Jesús cumplió sus mandamientos nosotros deberemos cumplir los suyos pues, si lo hacemos, el Padre se sentirá muy complacido y todo lo que necesitemos se lo pediremos a través de su Hijo y el Padre nos lo concederá.
 

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