sábado, 2 de febrero de 2013


IN MEMORIAM

Colaboración de Sebastián Aranda Aparicio

     
El pasado domingo, día 27 de enero, asistimos al sepelio de José Calles Almagro, persona muy querida de todos cuantos le conocimos desde su bien temprana edad.
Su muerte, acaecida a los 52 años de edad, ha dejado huella, creo que imborrable, porque era una persona excepcional. Su trato respetuoso, su semblante risueño y agradable, su saber estar en todo momento y en cualquier circunstancia, su disposición inmediata al servicio…

Muestra de su valía personal lo demuestra el impacto que produjo su muerte entre todos sus vecinos y la multitudinaria presencia popular que vivimos en su postrer despedida. Se palpaba en el ambiente un pesar profundo y un doloroso y respetuoso silencio que contagiaba a todos los presentes. Se nos ha ido José Calles, hombre joven, entrañable con su familia, amigo y colaborador infatigable en cualquier faceta social de nuestro pueblo.
Entre las muchas aportaciones personales que nos dejó, quiero destacar un rasgo específico en su vida y que hoy perdura, con bastante solidez, en nuestro pueblo. José Calles fue la semilla o el germen de lo que hoy es la Asamblea Local de Cruz Roja. Él, que hizo el servicio militar en Cruz Roja de Jaén, conoció de la Institución el sublime principio de humanidad y de entrega hacia los más vulnerables de la sociedad y propuso a los mandos provinciales crear en Villargordo una nueva Asamblea para que nuestros vecinos se concienciaran de esta gran tarea y pudieran aportar también su granito de arena en beneficio de los demás.
Era el mes de marzo de 1981 cuando, conseguida la concesión, él mismo nos reunió a unas más de veinte personas, en la casa consistorial, y conocida la propuesta que José nos hacía, en ese mismo acto y entre los presentes, se constituye la nueva directiva, recayendo por elección el cargo de presidente en el que subscribe y José como director de Cruz Roja Juventud, iniciando, a partir de entonces, su andadura la Cruz Roja en nuestra localidad.
Siempre se mantuvo en la Institución local una deferencia especial con José por haber sido, en gran parte, el artífice de esta organización en nuestro pueblo y en una ocasión en concreto, se le reconoció su labor, distinguiéndole con la medalla al mérito de Cruz Roja.
Gracias, José, por dejarnos este valioso legado. Quienes militamos en esta maravillosa Institución de Cruz Roja, te recordaremos siempre como ejemplo de entrega y bien hacer humanitario en beneficio de quienes son los más desfavorecidos de la sociedad. Descansa en paz.
                                    
                             Sebastián Aranda Aparicio






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