domingo, 16 de febrero de 2014

FIDELIDAD, SINCERIDAD, PERDÓN Y RECONCILIACIÓN

Colaboración de Paco Pérez
TEXTOS
ECLESIÁSTICO 15, 16-21
Si quieres, guardarás los mandatos del Señor, porque es prudencia cumplir su voluntad; ante ti están puestos fuego y agua: echa mano a lo que quieras; delante del hombre están muerte y vida: le darán lo que él escoja. Es inmensa la sabiduría del Señor, es grande su poder y lo ve todo; los ojos de Dios ven las acciones, él conoce todas las obras del hombre; no mandó pecar al hombre, ni deja impunes a los mentirosos.

1ª CORINTIOS 2, 6-10
Hermanos:

Hablamos, entre los perfectos, una sabiduría que no es de este mundo, ni de los príncipes de este mundo, que quedan desvanecidos, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria. 
Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido; pues, si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria. 
Sino, como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman.» 
Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu. El Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios.

MATEO 5, 17-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. 
El que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. 
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.
Os lo aseguro: Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. 
Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego. 
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. 
Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.

Habéis oído el mandamiento "no cometerás adulterio". Pues yo os digo: El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior. 
Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno. 
Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno.

Está mandado: "El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio."
Pues yo os digo: El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus votos al Señor". Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir "sí" o "no". Lo que pasa de ahí viene del Maligno.»
REFLEXIÓN
Los judíos se sentían muy complacidos de haber recibido la LEY, por mediación de Moisés, directamente de Dios y eso los llenaba de orgullo.
Cuando Jesús comenzó a visitar las sinagogas y a participar en sus actos no dudó en mostrarles su visión diferente a la hora de interpretarla. Ellos lo tenían todo regulado y Él se salta ciertas cuestiones legales para dar prioridad al hombre, la gran preocupación de Dios. Ellos no entendían que curara en sábado, o que se juntara con los pecadores… ¿Por qué este choque?
Pasan los años y seguimos interpretando la Ley de Dios en un plano humano, no queremos pensar qué es lo que nos propone en ella y qué es lo que realmente espera de cada uno de nosotros. Es verdad que el hombre fue creado libre y que delante de él Dios colocó, como en un escaparate, todos los elementos que adornan la convivencia: el bien y el mal, el fuego y el agua, la verdad y la mentira, la luz y la oscuridad, la vida y la muerte…
Ante las ofertas del supermercado… ¿cómo procedemos a la hora de llenar el carro de la compra?
No cargamos con todo lo que se nos propone en los paneles y elegimos lo que más se ajusta a nuestros deseos y necesidades. ¿Hacemos igual cuando tratamos de las cosas de Dios, seguimos el camino de su verdad o el de la nuestra, el que nos hace más felices y no porque sea el más adecuado.
Él siempre ve nuestras acciones y por eso debemos ser prudentes y cumplir sus normas, lo que le desagrada enormemente es la MENTIRA.
¿Por qué seguimos haciendo como los judíos, una interpretación de la Biblia a nuestra manera?
La sabiduría de Dios es inmensa y nadie de los terrenales se puede comparar en ese campo con Él. La mejor explicación está en que, si fuéramos tan inteligentes como presumimos, nunca se hubiera consentido que crucificaran a Jesús. Los judíos todavía no han tenido tiempo de aceptar que Jesús es el Mesías… ¿está clara la limitación intelectual del hombre o no?
Pues pensemos que quienes sí aceptamos a Jesús como Mesías nos quedamos, la inmensa mayoría, a la hora de poner en marcha su proyecto de AMOR y PERDÓN en el escalón de las rutinas… ¿somos más inteligentes que los judíos a la hora comprender a Dios e interpretar las leyes?
Jesucristo nos enseña que la vida cristiana debe ser sacrificio personal y entrega a los demás por amor a Dios y al prójimo, todo lo contrario de lo que hacemos.
Si husmeamos en la Biblia comprendemos muchas cosas y entonces la inquietud se nos despierta… ¿por qué?
Porque hay muchos pasajes en los que se nos habla de cómo escoge el Padre a ciertas personas para que desempeñen en el futuro labores de gran calado: Abrahán, Moisés, David, Salomón, Jeremías, Juan  “El Bautista”, los apóstoles…
Si nos fijamos en cómo actuaban llegaremos a la conclusión de que algunos de ellos fallaron por sucumbir ante las debilidades humanas pero en la esencia, darle gloria, no.
Me fijo en estas figuras y entonces comprendo que la sociedad necesita de grandes personas, elegidas por Él y, consecuentemente, que estén fortalecidas por su Espíritu para la comprensión perfecta de quién es Él, qué nos pide y como debemos proceder.
San Pablo nos dice hoy: [Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman.]
Por eso opino que como nadie puede hablar de aquello que no vio ni escuchó, pues intentar explicarlo ante quienes tienen menos idea aún del tema es sinónimo de éxito. Nadie levanta la voz ante este proceder para opinar o pedir aclaraciones porque somos conscientes de que no hemos leído la Biblia, tememos meter la pata o no deseamos que se nos interprete mal, estas razones ayudan a que hablar de lo que no se ve con teorías rocambolescas coseche aplausos… ¿Qué cosechan quienes se enfrentan a esa realidad y piden poner en marcha la Iglesia que Jesús propuso a los apóstoles?
La transformación del hombre ocurre cuando desea cambiar realmente, cuando es capaz de desprenderse de todos los lastres que le aplastan, cuando realmente lo intenta por amor a Dios y al prójimo y, dado el paso, abandona la vida de comodidades y arbitrariedades que lleva… ¿Estamos dispuestos?
Hay cristianos convencidos de que el NT es el camino y el fundamento de nuestra religión, yo he manifestado repetidas veces que hay que conocer a fondo el AT antes y hoy queda muy reforzada mi postura cuando Jesús nos dice que no viene a abolir nada y que deberemos de cumplir todas las leyes. También nos recomienda el enseñarlas de manera correcta.
Entre el conjunto de normas que nos enseña queda muy claro cómo debemos de proceder con la mujer del prójimo. No damos importancia a las miradas, a los malos pensamientos sostenidos, al hecho de tomar relaciones con quienes estén comprometidos por el matrimonio o a formalizar nuevas relaciones con quienes ya lo estuvieron y lo han roto. Hemos convertido estas escenas, al airearlas sin pudor en los medios, en algo muy normal y por ello ya no le damos importancia a nada… ¿Es conocido este pasaje, por los cristianos, en profundidad?
Creo que no y como los principios o creencias religiosas no nos impidieron romper el compromiso formulado ante Dios, “hasta que la muerte nos separe...”, pues después tampoco nos impiden emprender nuevas aventuras, aunque estén prohibidas.
Otro aspecto que no es respetado es el juramento. Lo hemos hecho, y hacemos, sin maldad y por desconocimiento convencidos de que es el camino pues, al poner a Dios por testigo, reforzábamos nuestra declaración de verdad. Cuando lees la palabra de Dios comprendes que fue un error grave esa ligereza de comportamiento porque Jesús nos enseñó el camino cuando le preguntan si es el rey de los judíos. Él no se esforzó para demostrarles que lo era jurando o buscando testigos, se limitó a decirle a quien le preguntó: Tú lo has dicho.
Con este formato entiendo que es la manera de decirnos que la verdad siempre está presente en el ambiente, que corresponde a los presentes verla o no a la hora de aplicar la justicia y que nuestros juramentos no modificarán el veredicto final porque, en la mayoría de las veces, la sentencia ya está redactada con antelación.
El hombre, ante tantos males que ocurren a las personas, se cuestiona por qué lo consiente Dios y entonces es cuando tenemos la confirmación evidente de su ignorancia religiosa. Existen, desde el principio de los tiempos: La libertad, el bien y el mal.

Todo lo que nos ocurre no es imputable a la casualidad o a Dios y sí es fruto de la ausencia del BIEN en las conciencias de los hombres porque, cuando hacen uso de su LIBERTAD, toman decisiones egoístas que derivan en abusos que les deparan un incremento de su poder económico, esta decisión libre genera el MAL a otros, quienes están más necesitados. 

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