jueves, 6 de febrero de 2014

PARA MIS DOMINGUERAS/OS

Colaboración de José Martínez Ramírez
                                   
Donde habite el olvido, 
la vida sigue,
como siguen las cosas
que no tienen mucho sentido.
Entonces llega a mí lacerante, tu memoria,
por no quererme como yo te amo.

Os recuerdo ahora,
mirando la nieve caer,
con versos de Lorca
en este quieto invierno.
Entonces llega a mí lacerante, tu memoria,
por no quererme como yo te amo?

Ya, todo lo que fue, es ayer.
Entonces, apenas eras sólo
una mano temblorosa
y aliento en mi cuello.
Así llega a mí lacerante, tu memoria,
por no quererme como yo te amo?
Entre la arena y el mar, un cielo
que no quería lo prohibido,
el mundo satélite del sentido
espejeaba en la luna de la playa.
Así llega a mí lacerante, tu memoria,
por no quererme como yo te amo?

La vida, allí resumida,
era un profundo suspiro,
una caricia tímida
y una mirada al olvido.
Así llega a mí lacerante, tu memoria,
por no quererme como yo te amo.

Llueve lentamente y muy lejano.
Sueño con tus besos imaginarios,
también con tu tez serena
y con tu anhelo pagano.
Entonces llega a mí lacerante, tu memoria,
por no quererme como yo te amo?

¿Adónde fue lo perdido,
adónde lo esperado?
¿Por qué aún te aguardo
en el sofá tendido
si llega a mí lacerante, tu memoria,
por no quererme como yo te amo?

Como el verde en el olivo,
en ti todo es falacia
y en mí para siempre descansa
el color de tu nostalgia.
Esa que llega lacerante, a mi memoria,
por no quererme como yo te amo.

El aire, como espada blandida  en tu cielo,
espumando el agua por tus labios de hielo.
Esos que cantan al olvido,
como paloma desgarrada,
llegan a mi lacerantes, con tu memoria,
por no quererme como yo te amo.

Lamía la luz de tu rostro,
emergía de tus ojos en noches de verano.
Veinte años de tus ojos no son nada,
Apenas aleteo sutil en una foto.
Llega a mí lacerante, tu memoria,
por no quererme como yo te amo.

Fluye puro tu recuerdo,
como el agua de los arroyos,
cuando discute con las piedras
buscando la mar de tus ojos.
Llega a mí lacerante, tu memoria,
por no quererme como yo te amo.

Un suspiro en una rosa
os envío, rendido mi canto
a vuestro pies, de pétalos
brillantes y sombras.
Así llega a mí lacerante, vuestra memoria,
por no quererme como yo os amo?

Todas las lunas de verano
os arropan como manto,
como el rocío a la hierba,
como el alma al quebranto.
Llega a mí lacerante, vuestra memoria,
por no quererme como yo os amo.


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