lunes, 28 de julio de 2014

HUMOR MALAGUEÑO

Colaboración de Paco Pérez
DEDICADO a mi querido amigo José Carlos, empedernido chistólogo villargordeño… ¡¡¡Va por ti!!!
En una ocasión os comentaba que las personas tenemos la obligación de integrarnos en la cultura del país o del pueblo al que nos trasladamos a vivir, yo dije entonces que lo hacía cuando venía a Nerja. Este año nuestra integración ha subido un peldaño más.

Una mañana, como todos los días, llegamos a la cafetería “Bajamar” para tomar nuestra dosis de café y nos encontramos con la sorpresa de que no había mesas. Comenzamos a explorar con la vista el local y entonces recibimos, de un señor mayor, la invitación de acompañarlo y aceptamos. Su amabilidad no acabó ahí pues nos invitó. Quedamos emplazados para el día siguiente y le devolvimos el gesto.
Así de simple nació nuestra amistad, creo que bastante firme, con Miguel “Matachinas”, un tío íntegro que es amigo de casi todo el pueblo y, además, graciosísimo. Día a día nos fue introduciendo con otros conocidos suyos pero finalmente el grupo quedó constituido como un quinteto, completándose con Antonio “El inglés” y Paco “El veleño”.
Miguel suele llegar sobre las 10:30, siempre es el primero; después lo hacemos Mari y yo; Antonio es el tercero y Paco el último, es el más joven del grupo, y acude cuando hace un alto en el trabajo.
Normalmente la conversación gira por las anécdotas locales, en ese tema Miguel es una enciclopedia, y los chistes, donde Paco muestra una gracia malagueña muy peculiar. 
Antonio está siempre con la caña de pescar preparada y cuando puede engancha en el anzuelo sus cuñas irónicas para que piquemos, Miguel (con sus 83 años) las capta y le responde tirándole un misil verbal a la línea de flotación, aquel (que ya está más próximo a los 80 que a los 70) intenta eludir el impacto respondiéndole siempre igual (vivió durante 40 años en Inglaterra, de allí era su difunta esposa):
- Yo “inglis”.
Cuando le da esta respuesta se marcha en busca del descapotable.
Esta escena es muy frecuente y, cuando ocurre, Miguel siempre le regala un pildorazo gracioso mientras se aleja, siempre lo esperamos y nos encanta escucharlo:
- ¡¡¡Verá con el torero, siempre está tirándome tiros!!!
En estos meses he escuchado muchos CHISTES y algunos los he ido escribiendo para poderos ofrecer el humor de las gentes de aquí.
EL CORTAHUEVOS
Antonio era un señor que estaba una noche de verano sentado en la puerta de su casa, tomaba el fresco y observó cómo pasaban sus paisanos delante de él, todos iban corriendo. Intrigado paró a uno que él conocía, Juan, y le preguntó:
- Juan… ¿Qué ocurre?
- Que viene por ahí un tío con una navaja y le corta los huevos a los que tienen TRES, le aclaró.
Antonio se sintió muy seguro con la noticia recibida y le contestó:
- Pues yo no tengo que correr porque tengo dos.
- Pues tienes los mismos que yo, le contestó Juan.
-¿Entonces por qué corres?, le preguntó de nuevo Antonio.
- Porque primero los corta y después los cuenta.
EL BORRACHO
Entra un borracho en el MesónLos toreros” y, cuando llega a la barra, pide una copa de fino, unas tapitas de queso añejo y unas olivas.
Mientras paladeaba los manjares servidos observaba la decoración y descubrió que estaban las paredes llenas de carteles antiguos de corridas, cabezas de toros, espadas, monteras, banderillas, capotes, muletas…
Como iba al fallo del dólar le vino la inspiración y se inventó un numerito para beber de gorra.
Había a su lado un grupo de aficionados al toro y de pronto gritó, sin dirigirse a nadie y señalando con la mano a una de las cabezas:
- ¡¡¡El hijo puta ese mató a mi padre!!! ¡¡¡Menudo cabrón!!!
Los vecinos de barra lo miraron y uno de ellos le dijo que los acompañara. Cogió su copa y se acercó hasta ellos. Comieron, bebieron, hablaron de toros y entonces le dijo uno de ellos:
- ¿En qué plaza tuvo tu padre la cogida?
– En ninguna, le contestó.
– Entonces… ¿Por qué has dicho que lo mató ese toro?
– Porque un día estaba sentado en esa mesa, jugando al dominó, se rompió la alcayata y el cuerno le atravesó la cabeza de oreja a oreja.
EL DÍA DE IRLANDA
Unos turistas irlandeses estaban en la playa celebrando ese señalado día para ellos. Como bebieron más de la cuenta todos estaban muy borrachos y uno de ellos se derrumbó en la arena tras perder el conocimiento.
Un testigo gritó:
- ¡¡¡Se ha muerto!!!
Llamaron a los servicios médicos y un señor gay que estaba bañándose se abrió paso y se ofreció para atenderlo.
Cuando vino la ambulancia y el equipo sanitario llegó hasta el irlandés, el médico le dijo al gay:
- ¿Qué hace usted haciéndole el boca a boca en el CULO?
Entonces, el improvisado sanitario abandonó su labor y le contestó: - Doctorcito… ¿Usted le ha olido la boca?
EN LA ESTACIÓN DEL TREN
Dos señores estaban sentados en un banco del andén mientras esperaban la llegada del tren, comienzan a charlar y se percatan ambos de que eran gay. Entonces se presentan:
- Me llamo Rosa.
– Yo Catalina.
– Tienes nombre de mierda, le dijo Rosa mientras se carcajeaba.
– Pues tu cara no es precisamente la de una rosa… ¿Qué te ha ocurrido?
– Estaba hace unos días en el filo del andén muy distraída, pasó el  tren-correo de las ocho, me dio un correazo y me dejó así la cara.
– Tuviste mucha suerte pues si te hubiera dado con la hebilla hubiera sido peor.
EL BORRACHO
José tenía un hermano que era más borracho que el vino.
Cuando salía con los amigos de fiesta y entraban en un bar a tomar unas copas siempre ocurría igual, se les acercaba Pedro “El uva” y José siempre le repetía la misma frase:
- Hermano… ¡¡¡Qué camino más malo llevas!!!
Un día José estaba en el trabajo, le dio un infarto y palmó.
Los amigos, después de la misa por su alma, acompañaron a Pedro hasta el cementerio, iban detrás del féretro muy tristes y, cuando lo avistaron, Pedro exclamó sollozando:
- ¡¡¡Hermaaano, menuda carrera llevas tú ahora!!!



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