lunes, 11 de abril de 2016

EL ARTE VILLARGORDEÑO

Colaboración de Juan José Castillo Mata
Capítulo I

Creo que soy conocido en el pueblo pero por mi nombre de pila no lo soy tanto como por el apodo, el que heredé de mi querido padre, Jacinto. Todos los miembros de ella lo llevamos con gran orgullo y por ello quiero que se me llame Juan JoséEl espartero”, es un orgullo escucharlo. 

Nací en Villargordo (Jaén), en el seno de una familia normal del pueblo y nuestros padres fueron Jacinto Castillo y Juana Mata. La familia vivió, durante mi infancia, en la calle La Luna número 74.
Desde pequeño me aficioné a realizar trabajos en cartón y arcilla, en aquellos años le llamábamos “grea”. Es verdad que los hacía por afición pero también es verdad que era una necesidad porque la economía de mis padres no daba ni para comprarme una pelota de goma. Empujado por esa circunstancia y ayudado por el placer que me causaba hacerlos tuve que agudizar el ingenio y fabricarme con esos materiales mis propios juguetes.
Con la grea hacía los caballos, los carros y demás aperos de labranza y la cuadra y los pajares eran de cartón. Usaba estos materiales porque estaban muy a mano. La primera era fácil de conseguir junto al “mataero” pues cerca del camino “El Chorreaero”, el que va hacia el Guadalquivir, había una cueva que tenía una veta de dicho material. Conseguir los cartones era más fácil pues me pasaba por la puerta de las tiendas y recogía las cajas que desechaban cuando ya no les servían para el embalaje de los artículos que vendían. Estas facilidades para conseguirlos hicieron que me aficionara a trabajar con estos materiales.
Ahora, al estar jubilado y no ser hombre de pasar el tiempo en los bares, pues he vuelto a la vieja afición de las manualidades usando materiales de reciclaje y a esta afición dedico el tiempo libre que me deja la familia, mi principal ocupación. Durante varios años he realizado la reproducción, en miniaturas, de los edificios representativos de nuestro pueblo: La Iglesia, la Ermita, el Museo Cerezo Moreno”, la vieja “Casa del cura”, que antiguamente fue “Banco de Villargordo” y algunos rincones típicos y calles.
Con estos trabajos lo que intento es dejar una huella a los jóvenes para que las recuerden, más adelante, cómo eran en tiempos pasados pues nuestras autoridades las van haciendo desaparecer o las transforman  paulatinamente sin ningún escrúpulo y miramientos. Como ejemplos de lo que digo tenemos: La “pilas”, un lavadero público de nuestro pasado reciente que estaba junto al “pilar largo”; la “casa del cura”, cuya fachada ya no está igual; la “Iglesia”, cuya lonja fue destruida con la construcción del “salón parroquial”; de la “puerta de tronos de la Iglesia”, fueron eliminadas sus puertas de madera y tapiado el hueco para poner en él la imagen del Cristo de la Salud en un mosaico de cerámica y enmarcado por la portada de piedra que ahora ha sido restaurada; la “casa de los marqueses”, situada en la calle Granadillos, tenía portadas de piedra que fueron destruidas y unas rejas de gran belleza, una de ellas se trasladó y colocó en una de la paredes del templo parroquial.
Estos edificios históricos tenían que haberse restaurado y conservado como patrimonio cultural de Villargordo pero, por desgracia, en estos menesteres nuestro pueblo ha sido “El valle de los sin ley” pues cada uno ha hecho lo que ha querido. Por estos desmanes yo intento ahora, con los cartones y la grea, conservar en las miniaturas cómo fueron en el pasado, guardando la máxima fidelidad al original.
Este año he expuesto una reproducción de la actual calle Circunvalación y, viajando al pasado, he mostrado cómo estaría en nuestros días si no se hubiera destruido el edificio de las viejas “pilas”, la maqueta empieza en ellas y acaba en el “pilar redondo”. Este trabajo me ha proporcionado esta pasada Navidad la alegría de ganar el Primer Premio del “Concurso Municipal de Belenes en Escaparates”. Tengo que resaltar que es el tercer año consecutivo que lo gano.
Animado por la labor de recuperación que estoy haciendo del recuerdo de nuestro pasado me voy a tomar la libertad de pedir un favor a nuestras autoridades locales: [Tengan la bondad de recuperar el edificio de las “pilas” tal y como fueron en el pasado y para ello hagan la demolición de la burla que nos han hecho de él recientemente.].
Otra faceta del arte que vengo cultivando como entretenimiento y de manera autodidacta, desde hace unos cuantos años, es la práctica de la “pintura al óleo”: Modelos tomados de láminas, algunas obras de la realidad de nuestro pueblo y a las personas.
Lo que hago es fruto de mi tesón pues nunca recibí lección alguna para corregir mis defectos, supongo que por esa razón serán muchos. Para mí, lo más importante de todo es tener la mente ocupada con estas cosas las horas que estoy despierto pues con ellas soy feliz, no me aburro y la salud me lo agradece.

Estos trabajos se irán presentando poco a poco, espero que les gusten.

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