viernes, 8 de abril de 2016

Y… ¿AHORA QUÉ?

Colaboración de José Martínez Ramírez

Ahora que casi todos tenemos la mirada
tan lejana del éxodo sirio y el corazón
podrido de latir en la letra guisada
de un tango argentino, terrible y ramplón.

Ahora que somos capaces de votar la airada
voz popular que viene de aquella sinrazón,
uno de abril del treinta y nueve, narrada
con el germen de los que no aprenden la lección.
Ahora que defienden la política trasnochada
De Kim Jong-un, esa cara de hombre bonachón
que le va a poner alas de arcángel al camarada
Stalín y, mientras, le sonríe nuestro querido huevón.

Ahora que le tienden la mano a los etarras
que, con votos de gente como tú y como yo,
les entregan a sus diputados las actas…
¡Estoy convencido, hemos perdido la razón!

Ahora que nos meamos en la concordia de España,
conseguida con tanto esfuerzo en la Transición,
vivimos en este sin-gobierno, en esta pesada
noticia diaria de pactos imposibles, ni conclusión.

Ahora que hay tanto/as malvado/as investigado/as
y que su voto vale igual que el de un profesor.
Digo que la injusticia ramplona inunda España,
mientras los corazones aumentan su frustración.

Ahora que la crisis se hace crónica, pues no acaba,
sólo hablan de altura de miras, es su ocupación,
pero no son capaces de solucionar nada
definitivo en sus reuniones, sólo buscan un millón.

Ahora que el pueblo espera, en España,
otro incentivo a la ruina, que se llama votación,
hemos seguido detrás de un palio esta Semana Santa
con cirios, rezos, santos y, todo, con vino y Pasión.

Ahora que en este poema caben palabras
con la razón de esta segura contradicción
le pondremos al tiempo freno, alas
al viento y jamás nos pedirán perdón.

Ahora, que por fin del cielo cae lluvia guapa
me iré que vuelo al Recreo o al Tropezón,
espero que les quede alguna rubia infanta,
pero no la que Urdangarín nos arrebató.

Ahora, que es hora de la cerveza con tapa,
espero que no se me arrime algún gorrón
y, a la cuarta ronda y mientras me sonríe, me clava
el puyazo en forma de euros… ¡El muy gorrión!

Ahora que nos dan cerveza con Madrid y Barca
olvidamos, con ligereza pasmosa lo anterior,
y se nos ve dichosos en esta vida. 
Y todos nos queremos… ¡Viva Don Pimpón!

Ahora que echo de menos aquella, mi casa,
donde mi madre sonreía y me ofrecía su pezón,
yo corría en su busca con un nudo en la garganta…
¿Quién me iba a decir que me la jugaban de tacón?

Ahora, que va siendo hora que esta hoja santa
acabe a deshora porque la hora ya pasó,
llegan otras horas que los relojes marcan
sin cesar, hora tras hora, y que alguien inventó.

Así, que me iré abrazado a esta hora casi clonada,
tan desagradable como tantas y la anterior.
Digo que lo que haya de ser será, preñada
como está la vida de engaño… ¡Lo dijo Calderón!
            


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