Colaboración de José Martínez Ramírez
Para mi amada prima Memi. Nos hemos encontrado, saludado y,
la verdad, me he alegrado de verla tan amable como siempre.
He soñado hoy tu desnudez
envuelta en una nube de pelo,
largo y mullido, y una vez
que me has invitado al cielo
de tu sonrisa, con un diez,
en tu buhardilla de los espejos
y los dibujos de nuestra niñez,
que dibujamos sobre este suelo.
Veo que miras aun sin querer,
como siempre, y me acuerdo
hace apenas poco más que ayer,
que los
años como modelos
han desfilado sin dejar coger
las cosas como en un vuelo,
que no dejan
nunca de correr
y han escapado como mi sueño.
Eso es todo, empieza a llover
sobre el verde y florido romero.
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