domingo, 29 de julio de 2018

LA SOCIEDAD NECESITA UNIDAD Y PAZ


Colaboración de Paco Pérez
COMPARTIR ES EL CAMINO
En el pasado los hombres eran respetuosos con las normas religiosas y las cumplían, por eso ofrecían a Dios los primeros frutos de las cosechas antes de comérselos.
Eliseo, hombre elegido por Dios, dirigía una comunidad de personas creyentes y un señor cumplidor de ellas le entregó los productos de su ofrenda… ¿Qué hizo Eliseo?

Le recogió sus ofrendas pero, sabedor de que el pueblo necesitaba comer, prefirió cambiar la tradición y las repartió entre los necesitados. Así les enseñó que en aquellos momentos era más prioritario dar de comer a quienes estaban hambrientos que cumplir con las normas de la religión. Con esa decisión realizó dos acciones valiosísimas: Multiplicar los alimentos, mediante un acto de fe, y, por amor al prójimo, les dio de comer.
Pasaron los años y Jesús confirmó, de manera práctica, que Eliseo actuó de manera correcta. Lo hizo cuando repitió la acción similar de dar de comer a las personas que lo seguían, éstas iban atraídas por la esperanza que les despertó la realización de las curaciones.
Una vez más Jesús se nos muestra en su doble condición de hombre y Dios. Como hombre se compadeció de los hombres que necesitaban comer y actuó para solucionarles esa necesidad. Como Dios enseñó que debemos tener confianza en el Padre cuando actuamos, algo que sólo se logrará si nuestra fe es verdadera.
Cuando la multitud reunida recibió ese generoso trato ya no lo dudaron, Jesús era el Mesías esperado y, como Él sabía que querían proclamarlo rey, se retiró solo al monte.
El comportamiento de Jesús fue totalmente contrario al de los hombres: Él ayudaba y huía del poder terrenal pero ellos siguen robando y peleándose por sentarse en el sillón.
Un tiempo después Pablo les enseñó que para seguir al Señor tenían que estar atrapados por su mensaje y caminar, guiados por Él, con comportamiento humilde, amable y paciente.
Si ponemos en marcha esta práctica la sociedad se mantendrá UNIDA y la PAZ será posible. Esta recomendación la encontraremos en Efesios 4, 4-5: [Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a la que habéis sido llamados. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo y un solo Dios, padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.].



No hay comentarios:

Publicar un comentario