martes, 11 de diciembre de 2018

AVENTURAS AMOROSAS


Colaboración de Manuel Sánchez García 
Dedicada a Rosa Guzmán.

Caminaba por el alegre valle
cuando escuché un cantar,
cantado por soleares,
me arrodeé y, al mirar
aquellos verdes trigales,
me enamoré sin pensar
ni en color ni edades.

Tenía grandes ojos azules,
azules como el mar infinito,
que me dejaban sin voces,
sin aliento y enamoradito.
Sus trenzas rubias radiantes
Bailaban, a cada pasito,
como alegres verdiales.

La miré, me miró y sucedió
un sin fin de curiosidades
que nunca ella olvidó.
Yo corrí para los olivares,
y, de nuevo, me cantó
alegres canciones populares
que, llorando, me las dedicó. 


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