lunes, 17 de diciembre de 2018

SÍ. ME DIJISTE TÚ A MÍ


Colaboración de Manuel Sánchez García

Sí. Me dijiste tú a mí.
Mi corazón cantaba de alegría, confusión y nervios;
como canta calandria mañanera al despertar el día.



Sí. Me dijiste tú a mí.
Cuando juntamos nuestros labios nos quedamos pegados, como escarcha que cae sobre las siembras.

Sí. Me dijiste tú a mí.
Mi corazón brotó de alegría como brotan los campos españoles, en el mes de noviembre tras las primeras lluvias.

Sí. Me dijiste tú a mí.
Yo te calé tan profundo que nunca olvidarás ese primer beso, el que te di con tanta dulzura y que duró una eternidad.

Sí. Me dijiste tú a mí.
Tus ojos como dos toritos negros de fuego, no se separaban de los míos que eran dos puentes hacia los tuyos.

Sí. Me dijiste tú a mí.
Somos una misma hoja seca de un árbol pero, siempre unida, inseparable hasta cuando se echa a volar en primavera.

Sí. Me dijiste tú a mí.
En ese preciso instante fuiste mía, sólo mía, cuando te entregaste a mí con esa inocencia salvaje que yo te amansé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario