sábado, 2 de noviembre de 2019

EL REINO ES PARA TODOS


Colaboración de Paco Pérez
DESDE LOS ABUSOS AL CAMBIO Y LA CONVERSIÓN
Jesús predicaba el Reino pero la mayoría de los que escuchaban su mensaje no cambiaban sus formas de vida. Los que tenían más complicada la salvación eran los ricos pues no se comportaban correctamente en sus relaciones laborales y sociales ni se desprendían de algo para ayudar a quienes estaban en la pobreza.
Los publicanos tenían una profesión que les permitía enriquecerse de manera irregular en el desempeño de su trabajo, a veces cobraban más de lo legal y por eso no estaban bien considerados por los ciudadanos porque los extorsionaban cuando les cobraban los impuestos de Roma.

Zaqueo era el jefe de éstos y se nos muestra como ejemplo de arrepentimiento y cambio porque un día conoció el mensaje de Jesús, quedó muy impresionado con él y decidió cambiar de manera radical su vida.
¿Qué hizo?
Se acercó hasta donde pasaba Jesús para conocerlo, Él lo vio y valoró que deseaba cambiar, le pidió que lo alojara en su casa, Zaqueo lo acogió encantado y le manifestó lo que pensaba hacer como muestra de su arrepentimiento: Repartiría la mayor parte de los bienes que había acumulado entre las personas que habían sido empobrecidas con sus impuestos abusivos.
Una vez más, Dios se nos muestra compasivo y misericordioso con las personas que modifican su conducta, ahí arranca su perdón hacia ellas… ¿Por qué?
Como nos encomienda una misión que cumplir aquí pues cuando nos desviamos del buen camino Él nos perdona dándonos una segunda oportunidad para que retornemos a la senda de la creencia.
Si Él actúa así… ¿Qué Dios se nos ha mostrado de manera equivocada para que lo tengamos asimilado como un Padre duro que nos castiga cuando nos desviamos o el del evangelio, el que se acerca paternalmente a quienes están caídos para escucharlos, levantarlos, curarlos, darles de comer si tienen hambre, abrigo si están sin ropa…?
El camino nos lo sintetizó Jesús con estos dos cumplimientos: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.
Con esta sencillez nos enseñó su deseo pero nosotros miramos para otro lado y lo retorcemos tanto que lo convertimos en una misión imposible de cumplir porque no estamos dispuestos a mirar con preocupación los problemas de los demás.
La historia siempre se repite y por esa realidad en nuestros días también tenemos recaudadores, esos señores que trabajan  para las administraciones públicas, y las entidades bancarias. Los procedimientos han cambiado pero los efectos devastadores de las tasas e impuestos que cobran, unos y otros, empujan a muchas personas y familias hasta la desesperación por culpa de estas acciones legales… ¡Lo mismo que ocurría en tiempos de Jesús!
Pablo decía que la fe era necesaria para poder ejecutar nuestros deseos de servir a Dios ayudando a los demás, que para poder cumplir lo que queremos es necesario pedírselo a Él porque así glorificaremos a Jesús y Él nos glorificará a nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario