jueves, 7 de noviembre de 2019

EN EL TEATRO DE LA VIDA


Colaboración de Paco Pérez
LA MALA PRAXIS POLÍTICA
Durante el sueño, ocurre con frecuencia a las personas mayores, cualquier circunstancia ocasional llama a su puerta, los despierta inoportunamente sin haber solicitado previamente sus servicios de despertador, los desvelan, después ya no pueden retornar al sueño porque comienzan a aparecer en la mente algunos hechos que les preocupan y cuando toman conciencia de la situación creada luchan sin éxito para volver a dormirse pero ya no lo logran. Atrancados en esa situación no deseada un rato después se sienten cansados de intentar conciliar el sueño, abandonan el combate y entran en la fase del insomnio por culpa de ese despertar anticipado.
Ante esa realidad suben el telón, dan comienzo a la función, por el escenario van desfilando sus preocupaciones – el tema inspirador de la representación- y ellos mismos van involucrándose en el improvisado monólogo mientras las escenas se van sucediendo.

Hace unas fechas pasé por ese trance, no retorné a la situación abandonada, en unos minutos comencé con el mío y en él fueron apareciendo los hechos recientes que sucedieron en Cataluña para protestar contra la “sentencia judicial” que ponía fin al “procés catalán”.
La realidad es que no sé cómo apareció pero es posible que me ocurriera lo que a todos los españoles que estábamos muy cabreados por lo que nos sucedía… ¡Llevar unos días en tensión porque se iba a saber por fin cuál sería la sentencia que emitiría el Tribunal!
Si a esa curiosidad le añadimos las especulaciones que comenzaron a divulgarse en los medios, por la filtración intencionada y anticipada de ésta, pues el desengaño que me supuso el saber que no se iba a contemplar el delito de “REBELIÓN” fue grande pero siempre tuve la ilusión de que no fuera verdadera la noticia. La posterior confirmación de lo divulgado me dejó igual de tieso pues lo verdaderamente noticiable había sido la crónica anticipada de lo que España sospechaba que iba a pasar… ¿Lo hicieron para que nos fuéramos haciendo a la idea poco a poco?
Creo que sí y por eso, cuando estuve sereno reflexioné y comprendí que la decisión de los jueces pudo haber sido la mejor si servía para apaciguar a las fieras catalanas pero si el sacrificio de rebajar la sentencia no servía al fin buscado entonces alguien debería aprender la lección antes de que la situación alcanzara cuotas más graves.
Unas horas después los hechos violentos que protagonizaron los separatistas radicalizados confirmaron de inmediato que se debía de haber valorado la realidad de los hechos juzgados y no lo tenido en cuenta pues ahora le han dejado allanado el camino a los políticos catalanes para la excarcelación de los secesionistas y, si ocurre así, el Gobierno de España se lavará las manos y quedará colocado donde quería estar... ¡No ser él quien tome esa decisión!
La actitud destructiva de este sector violento de Cataluña me inquietó mucho y me hizo plantearme esta pregunta… ¿Por qué hemos llegado a esta lamentable situación nacional?
Buscándole una explicación a la situación me acordé de que un día, siendo un niño, nevó en Villargordo y los pequeños nos divertimos mucho haciendo muñecos de nieve. Primero hacíamos una bola apretando la nieve con las manos, después la rolábamos para que fuera aumentando de tamaño y, cuando considerábamos que éste era el adecuado, entonces le dábamos la forma al muñeco y lo adornábamos. Una vez acabado, éste se quedaba en medio de las calles, como elemento estético, cuando acababa la diversión y allí estuvo varios días, mientras la nieve estuvo endurecida.
Estas acciones infantiles se hacían de manera espontánea, en equipo, disfrutando con lo que hacíamos, sin molestar al vecindario y sin ensuciar o romper nada. Con los últimos rayos solares acababa la diversión y los escultores regresaban a sus casas.
Con el paso de los años las calles de Cataluña también se han convertido en escenarios artísticos y en ellas han representado, al unísono, la misma obra teatral… ¡Barcelona arde!
Hay unas diferencias sustanciales entre la representación villargordeña infantil y la de los energúmenos catalanales. En nuestro pueblo todo fue casual, en colores fríos, representada con actores humanos, los resultados fueron positivos porque se hicieron esculturas con la nieve, las calles y plazas quedaron adornadas con ellas y después, cuando las derritió el sol, todo quedó como estaba antes de nevar. En Cataluña lo ocurrido no ha sido casual sino el fruto de la premeditación, los colores escogidos han sido los calientes, las representaciones del guiñol también están siendo en las calles y plazas pero los intervinientes no parecen personas libres  sino unos muñecos que interpretan con precisión los movimientos impersonales que les hacen ejecutar los manipuladores y por esa razón los resultados fueron, y son, catastróficos pues quemaron con odio todo lo que encontraron inflamable, lanzaron todo lo que podía hacer daño y después, por esas acciones, las calles quedaban devastadas cuando salía el sol, los servicios de limpieza tenían que limpiar los desperfectos y los técnicos municipales evaluaban los daños ocasionados para cuantificar su valor.
En Villargordo los hechos ocurrieron porque la climatología lo propició, los realizamos sin maldad y nos divertirnos pero lo vivido estos días en Cataluña no ha sido fruto de la casualidad y tampoco inesperado sino que se ha venido cociendo a fuego lento desde hace bastantes años por los estamentos oficiales catalanes mediante la manipulando de las “Competencias Educativas” recibidas del Estado con la intención de “lavar el pensamiento plural y libre” de los peques y transformarlo en “único” el de la “nación catalana”. Lentamente les fueron inoculando un odio tremendo a España para que reaccionaran a sus consignas y llamadas en el momento que los necesitaran, el día 14 de octubre eclosionó lo incubado… ¿Por qué han reaccionado así?
Porque no los educaron para que jugaran con los muñecos de nieve, lo que se debe hacer con los niños a esa edad, pero a los niños catalanes los han educado, y educan, de manera distorsionada pues les ofrecen un relato falso de la historia regional y nacional.
¿Qué ocurriría si en las próximas elecciones regionales el cansado y maltratado pueblo catalán decidiera votar a un partido constitucionalista para que restableciera el orden roto y tirara de las alfombras?
Que habría llegado el momento de aclarar que las “competencias educativas” recibidas del Estado por la Generalidad fueron mal administradas por sus gobernantes, que ellos eran los responsables de esa realidad destructiva, que muchos periodistas estuvieron escribiendo artículos sesgados en los que presentaban los hechos acontecidos según convenía al separatismo, que ciertos medios de difusión publicaban sus desmanes porque estaban al servicio de esos intereses locos de ruptura, que muchos políticos catalanes son unos señores de poca o baja catadura moral por no defender al pueblo y de preocuparse sólo de mantener sus posaderas en el sillón o de cumplir las directrices del partido.
La ensoñación independentista los unió y con ese nexo le fueron dando vueltas al muñeco independentista hasta que quedó configurado, sin importarles proclamarlo con las adherencias que provenían de esos intereses comunes.
¿Qué culpabilidad tienen los políticos de PSOE y PP o PP y PSOE de los disturbios de estos días?
Yo considero que mucha porque cuando nos han gobernado con mayorías sólo se preocuparon de buscar el apoyo de los votos que los diputados catalanes y vascos les podían aportar para gobernar en Madrid y éstos, a cambio, recibían por ese favor los apoyos económicos que no daban a los votantes de otras regiones… ¿Es aconsejable gobernar así?
Cuando tuvieron mayorías absolutas no aplicaron, ante la experiencia vivida y en el momento justo, las medidas correctoras que necesitaba España para ser gobernada con eficacia… ¿Por qué no se pusieron de acuerdo antes, o ahora, estos partidos constitucionalistas?
Porque mientras funcionó el bipartidismo estos dos partidos camparon a sus anchas, no hicieron un análisis crítico de cómo gestionaban las personas colocadas en los diversos puestos de gestión, en sus filas crecieron los descontentos porque estaban alejándose de su ideario fundacional y, como la limpieza en la gestión económica ha levantado muchas nubes oscuras en ambos, les han surgido otros partidos nuevos que se han escindido y los han diezmado hasta dejarlos en los resultados ridículos de las últimas convocatorias.
Creo, sinceramente, que ha llegado la hora de que se pongan de acuerdo PP y PSOE o PSOE y PP para:
1.- Reformar la Constitución y, en el marco de ella, la Ley Electoral para que todos los españoles seamos iguales y se acaben los privilegios especiales que tienen esas regiones. Así se impediría que la gobernabilidad de España esté ahora en manos de los partidos separatistas vascos y catalanes.
2.- Acabar con los aforados, tenemos más de 250 000; la quema sistemática de la bandera nacional y de las fotografías de nuestros Reyes; las pitadas al himno; las agresiones a los miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado…
3.- Descubrir a quienes se apropian del dinero público, en beneficio propio o de los partidos, y condenarlos a estar en presidio por su delito y, cómo no, permaneciendo encerrados mientras no hagan la devolución total del dinero malversado.
4.- Hacer que las leyes de “Memoria Histórica” e “Igualdad” sean un instrumento de justicia y no de desigualdad, dolor y malestar.
5.- Acabar con la ocupación ilegal de las viviendas por los colectivos de ocupas, esa práctica que deja a los propietarios en un estado lamentable de indefensión jurídica ante los problemas que les ocasionan.
Hemos llegado a esta situación porque el mundo está afectado por un problema grave, la ausencia de principios morales en la persona. Al estar vacíos de ellos ya no tenemos los principios que se necesitan para actuar con justicia en nuestras relaciones sociales pues nos da igual ocho que ochenta, no tratamos a las personas con respeto, atropellamos los derechos ajenos sin remordimiento y comenzamos a correr la carrera en la que todo es válido porque de lo que se trata es de llegar a ser el más grande. Cuando llegamos a este punto es porque el dios dinero guía nuestra ambición hasta metas destructoras, las que encumbran a unos pocos y hunden a la mayoría.
¿No nos habremos dormido también los votantes, durante muchos años, descansando en los cómodos colchones del progreso, la comodidad y el estado de bienestar?
Los españoles nos hemos dormido cuando la economía iba bien y entonces no supimos ser críticos con quienes nos gobernaban, ahora nos viene una nueva crisis que puede tener peores consecuencias que la anterior porque llueve sobre mojado y si no aprendemos a cerrar la puerta a quienes nos vengan a vender la moto del no pasa nada lo que le ocurra a España podría ser peor que la crisis de antes… ¡Las familias, los ayuntamientos, las comunidades y el Estado no deberán gastar más de lo ingresado!


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