jueves, 19 de diciembre de 2013

LA INDIGENCIA

Colaboración de Paco Pérez
Capítulo I
El pasado domingo nos despertábamos los andaluces con la lamentable noticia del fallecimiento de los tres miembros de una familia, en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), el día anterior.
El hecho acaecido a esta familia, afectada por el síndrome del desempleo, fue presentado en los medios de una manera impactante porque las primeras informaciones hablaban de que la situación de indigencia en que estaban les hacía sobrevivir con la comida caducada que recogían en los contenedores de basura que había cerca de los supermercados y de la recogida de cartones y ropa usada… ¿Qué persona bien nacida no quedó destrozada cuando escuchó esa batería informativa?

Todos, supongo, nos sentíamos en esos momentos muy afectados porque los tiempos en que vivimos nos están enseñando que nadie puede considerar que su situación de privilegio de hoy es eterna, que puede cambiar en cualquier momento y que mañana mismo podemos formar parte del “club de la indigencia”, nosotros o cualquiera de nuestros familiares.
Cuando nos alejamos unas fechas de la tragedia y la información se va consolidando entonces te percatas de que hay en España demasiado periodismo de “tres al cuarto”. Opino así de quienes sólo buscan dar la noticia, sin reparar en los daños colaterales que pueda causar su publicación a terceras personas porque el trabajo que hacen, cuando lo presentan al gran público, lo impregnan de unos niveles máximos de explosividad y de unos mínimos de fiabilidad, lo último por no haber sido unos prudentes profesionales, por no haber contrastado previamente los hechos o por ambas cosas. Contrastar una noticia es la primera norma del periodismo y en este caso se la han saltado a la torera. Lo afirmo porque se han precipitado al comunicar que comían los alimentos que encontraban en los contenedores de los supermercados y que el ingerirlos caducados podría ser la causa de los fallecimientos.
Unas horas después de divulgarse la noticia unos políticos, los que sólo piensan en ellos y en sus siglas, comienzan a dar voces para salvar el trasero político de quienes gobiernan en Alcalá de Guadaíra y en Andalucía… ¿Qué travesura han hecho estos señores?
Culpar de esas muertes al Gobierno Central y han fundamentado sus protestas en los recortes que nos ha aplicado.
Estos señores, sin ocurrir los hechos en Madrid, siempre son los mismos que elevan la voz para que no nos olvidemos de que quieren ser alguien y así sacar tajada electoral personal. El hecho real es que han ocurrido en Andalucía pues ellos no le dan las voces al alcalde del pueblo ni a la Junta y, para no variar de argumento porque se lo saben de memoria de tanto repetirlo y tendrían que hacer mucho esfuerzo, sí culpan a Rajoy. El verdadero motivo que los empuja a actuar así es distraer a la ciudadanía-electoral para que no se manifiesten y les pidan a sus escuadras políticas responsabilidades por la nefasta administración regional que están haciendo en coalición y que, presuntamente, pudiera ser la causante de la indigencia publicada y la de otras muchas familias andaluzas.
Esta forma de proceder, jugar con el dolor ajeno para rentabilizar votos, no sucede en ningún lugar civilizado pero en España, y mucho más en Andalucía, sí. Jugar con la mentira es un error y arma de doble filo porque en nuestro pueblo tenemos unos dichos muy populares para quienes usan ese camino: “La mentira tiene las patillas muy cortas” o “Se pilla a un embustero antes que a un cojo”.
Eso es lo que le ha pasado a esos periodistas y a estos políticos cuando la FAMILIA y los amigos de los fallecidos han manifestado en los medios que lo publicado no era su situación real pues compraban en los supermercados. Es cierto que estaban mal en el plano económico pero no para legar a ese extremo de necesidad.
Más adelante se apuntó a una situación de intoxicación, ajena a la alimentación, y unos días después he escuchado que se pudiera haber debido al contacto de los alimentos con algún producto y, al mezclarse ambos elementos, esta circunstancia les hubiera ocasionado la muerte.
Algunos se apresuraron para pedir responsabilidades por negligencia para los profesionales de la medicina que acudieron al domicilio y para el PP política. Ahora que los acontecimientos ya no tienen el mismo color pregunto… ¿No hay posibilidad de condenar a quienes proceden como estos insensatos individuos?
Debería de haberla porque enturbian la convivencia en un país que está muy revolucionado y necesitado de lo contrario. Ellos, con sus mentiras, convierten en un circo algo que es muy serio, el dolor de la familia.
No hubiera sido más sensato haber culpado de estas muertes a quienes han hecho travesuras administrativas y tienen en la precariedad, por esas maniobras de corrupta gestión, a muchas familias. En nuestro pueblo hay algunos afectados… ¿Y si esta familia hubiera estado en la indigencia por culpa de gestores malos, políticos o empresarios?
¡¡¡Ya está bien de mentir tanto!!!
Aquí tenemos ejemplos tomados, de Internet, sobre lo que ocurre en nuestra sociedad. Antes se veía con frecuencia en las grandes poblaciones y ahora también se va dando en nuestros pueblos.
No entiendo que un Gobierno con mayoría absoluta no tenga los cataplines necesarios para reformar las leyes que sirven para arreglar los problemas y poner firmes a los corruptos, sean del color que sean… ¿Por qué procede así?
Porque hemos puesto a “los zorros a guardar las gallinas” y lo que hacen es saltarse la leyes que tenemos y no las aplican.
No hay ni un político nacional, regional o local que esté dispuesto a reducir el número de ellos, siendo esa una de las medidas que hay que tomar ya, porque se le acabarían los privilegios a la inmensa mayoría… ¿No es esta postura sospechosa y preocupante?
PP y PSOE sólo se ponen de acuerdo para repartirse los miembros que formarán los distintos estamentos de la JUSTICIA pues, supongo, que será para hacer algo muy positivo. Dicen los entendidos que gracias a este planteamiento, no deseado por la ciudadanía que los vota y yo entre ellos, ya ha dado sus frutos y ha habido políticos que no han sido encausados y otros que ya han sido declarados inocentes. Aplican el principio de “hoy por ti y mañana por mí”. Así no entrará nadie en la cárcel.
Si nosotros cometemos una irregularidad financiera de cierta relevancia, por ejemplo, vamos a la cárcel sin remisión, ellos no porque están aforados o porque redactan a las investigaciones unos giros lingüísticos que los convierten en palomas blancas inmaculadas.
Se ha publicado que Messi ha engañado al FISCO, lo hizo no cotizándole varios miles de millones de pesetas, y, por ser quien es, no le pasó nada hasta la fecha y ya nadie habla en España de ese caso. Descubierto el pastel alegó no saber nada del tema (gracioso el niñito), culpó a su gestor cuando el declarante es el que firma (Messi), una vez descubierto hizo una declaración paralela, pagó el diferencial y sigue jugando al fútbol. Recibir una paralela por unos cuantos euros de error en el cuadre fiscal no es igual que si el diferencial es de unos cuantos millones de euros…
¿Se debe de aplicar el mismo tratamiento o deberían de ajusticiarlo?
Yo no soy letrado pero si un pastor entró en prisión hace unos años porque su cabra se comió una planta protegida cuando pastoreaba con ellas pues jueces tiene España para dar la respuesta... Toda la corrupción nacional o mundial que hay nos ha llevado, independientemente de la gestión de cada nación, a la situación en que estamos y por este mundo egoísta en que estamos inmersos
Las personas están acabando en la indigencia y puestos al límite de la resistencia humana para poder seguir sobreviviendo. A ella se llega por más de un camino, el que hemos relatado es uno pero no el único, y es muy malo que nos estemos acostumbrando a no mover la zaranda para limpiar el ambiente en que estamos viviendo de malos gestores y nos resignemos a las consecuencias de sus ocurrencias, por ellas cada día vemos más esta escena en las calles de nuestras urbes:
Pasamos ante ellos y damos por normal que unos durmamos en mansiones y otros tengan que hacerlo sobre cartones y en la calle, sea invierno o verano. Que otros tengamos exceso para poder vivir con todo lujo y a todo tren, mientras otros no tienen ni un chusco que llevarse a la boca y por eso buscan en los contenedores:
Pasamos de largo junto a los indigentes, ni los miramos, y no tenemos el gesto de acercarnos al supermercado más próximo para comprarles una bolsa de alimentos básicos y darles de comer, al menos, ese día.
Me encantaría que se acabara con la administración duplicada que tenemos y que para conseguirlo se anularan los parlamentos regionales, las diputaciones provinciales y el Senado
¿Cuántos vividores tendrían que tomar el tren de Guadalajara después de abandonar esos despachos que tan felices les hacen? ¿Cuántos miles de millones de euros nos ahorraríamos los españoles anualmente con esas anulaciones y que podríamos emplear en pagar esa trampa nacional tan gigantesca que nos agobia?
¿Qué ocurriría a estos señores si se reformara la JUSTICIA, de verdad, para que se transformara, por fin, en lo que debe ser y dejara de ser lo que no debe?

Sería conveniente que meditáramos bastante esta última interrogante, a la que no damos demasiada importancia los ciudadanos de a pie, porque si funcionara de manera correcta la Justicia y se eliminaran los aforamientos de los políticos éstos comenzarían a ir en manada a las cárceles y así, los que se presentaran en el futuro para regir nuestros destinos hilarían muy fino en su gestión, temblarían cuando vieran pasar cerca de ellos un euro de los españoles porque la espada de Damocles pendería sobre sus cabezas y, con unas leyes de verdad, nadie se metería a chupón por miedo a ser decapitado por la fuerza de la ley. 

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