lunes, 22 de junio de 2015

DAMAS DE NOCHE-X

Colaboración de José Martínez Ramírez
DAMA SIN NOMBRE

Cuando te pregunté tu nombre,
mientras nos sosteníamos
por las callejuelas de polvo y piedra
de aquella ciudad antigua,
llena de vencejos y nubes,
me dijiste… ¡Es de mi propiedad!

Paralelamente, apretabas mi mano
y respirabas profundo
el aroma de azahar
que nos embriagaba
cuando  los besos
subían al escarpado cielo.
Se fueron para siempre
a través de la noche nerjeña,
mientras perdían su frescura.
Les ocurrió como a los brotes
que nacen a finales de mayo,
cuando todo lo bello acaba.
Estaba la sangre ardiente
y la madrugada la enfrió;
como a ese día, ya distante.
No lo hizo con estos versos inmortales,
ni con aquellos estúpidos jardines
y sí con tu hermosura y nobleza de corazón.                        




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