jueves, 28 de septiembre de 2017

LOS PECOS, VILLARGORDEÑOS

Colaboración de Vicente García Jiménez


NUESTROS COMIENZOS
Capítulo I
Un dúo español entró con fuerza en el panorama musical español a finales de los setenta y comienzos de los ochenta, “Los Pecos”, siendo sus  componentes Francisco Javier y Pedro José Herrero Pozo. El estilo de sus canciones impacto bastante entre los españoles, no se apagó con el paso de los años y siguieron ganando fans entre las generaciones posteriores. Por esa realidad, como en gustos no hay nada definitivo, su música siguió cautivando a personas mucho más jóvenes y por esa influencia en nuestro pueblo aparecieron en el año 2006 “Los Pecos, Villargordeños”

Dúo compuesto por Francisco García Cañas, conocido popularmente como “El gordo el Bandido”, y Vicente García Jiménez “Peluca”. A ellos los empujaba el ser hermanos, el tener unas buenas voces, aspirar a ser alguien en ese campo profesional… Nosotros teníamos en común que nos gustaban sus canciones, la “marcha marchosa” con un fresquito en la mano, comernos una vaca si había que comérsela, cantar por “Ellos y por quien fuera” en las juergas cuando alcanzábamos el puntillo feliz siempre que éramos requeridos por los colegas de marcha y, como no, reírnos un montón con las ocurrencias de Paco.
Ambos somos ahora, y también lo éramos entonces, diferentes pues yo siempre fui muy hablador y Paco muy recatado pero el joío, de un tiempo a esta parte, cuando se da unos cuantos latigazos le quita el freno al espíritu y ya no le importa que lo graben o que lo suban a Flaybu, así es como él le llama a Facebook cuando alcanza el puntillo.
Así es como somos, más o menos, los dos componentes de “Los Pecos, villargordeños” y, aunque estamos teniendo bastante éxito en los conciertos que hemos ofrecido en algunos locales de nuestro Villargordo querido, todavía no se nos ha subido éste a las pelucas. Por esta razón hemos rechazado ofertas interesantes para actuar en otros pueblos de nuestra provincia porque tenemos muy claro que no firmaremos contratos a lo loco pues preferimos ir despacio y sin pausa, nuestro deseo es seguir en los escenarios muchos años divirtiéndonos con nuestro “Club de fans”, nos debemos al contrato en exclusiva que firmamos con ellos hace años.
La historia del grupo empezó cuando dos jóvenes, muy unidos por la amistad y el buen humor, deciden sacar esta faceta última de sus vivencias desde la intimidad hasta el exterior y mostrarla a los demás, el dúo nació con ese planteamiento tan sencillo. Ambos nos complementábamos muy bien desde siempre pues por una parte estaba el humor imprevisto de Paco y por la otra las excelentes relaciones públicas que siempre tuvo Vicente con todos. Todo comenzó hace ya tiempo en las fiestas de cumpleaños, en los cocherones, etc. Así, poco a poco, se fue cundiendo la noticia de los números que montábamos y nos invitaban a los jolgorios para que los ambientáramos. Estábamos en una fiesta de cumpleaños, pusieron una canción de “Los PECOS” y, sin dudarlo un instante, comenzamos ambos a imitarlos. Aquello fue un espectáculo de risa tremendo donde se mezclaron dos voces distintas: la de Paco, en tono algo subido y cargado de fuerza, y la de Vicente, más delicada y sensual. Ese contraste hizo las delicias de los presentes.
Así estuvimos actuando durante un tiempo y en el año 2006, unas semanas antes de “Santiago”, hablé con la Familia Almagro-Bergillos, “Los Ofertas”, y les propuse cantar el día 27 de julio en la caseta que todos los años abrían en el “Ferial”, interpretaríamos unas canciones por “Los Pecos”. Me dijeron que no había inconveniente y que les gustaría.
Quedaba poco tiempo y teníamos que prepararnos las canciones, por eso comenzamos a ensayarlas en las siestas del mes de julio, vaya días que nos pegamos de calor. Escogimos un grupo amplio de sus canciones pero recuerdo con especial cariño las tituladas “Háblame de ti” y “Acordes”.
En esa fecha estábamos novios con quienes después se convirtieron en nuestras esposas, Emilia y Mari Paqui, y entonces ellas no sabían todavía hasta dónde podíamos llegar.
Recuerdo que subimos a comprar dos “pelucas” a Jaén, concretamente a una tienda de “bromas” que había en la calle Millán de Priego. Cuando estuvimos en el establecimiento nos preguntaron qué deseábamos comprar, les contestamos que unas pelucas de unas características concretas, nos las trajeron y cuando fuimos al probador ya nos pasó la primera anécdota pues al probarme una de ellas, como llevaba clavados en su interior unos alfileres grité, el amigo Paco acudió en mi ayuda al oír las voces que daba, él intentó solucionar mi dolor con sus delicadas maneras de siempre y de la mejor forma posible pero enfocó mal el sentido de la ayuda y en vez de retirar la peluca de mi cabeza optó por poner sus manazas sobre ella y le empujó hacia abajo, de esa forma consiguió que los alfileres se me clavaron en la cabeza… ¡Vi las estrellas!
Esa misma noche era el concierto y, cuando regresamos al pueblo, decidimos pasar juntos el tiempo que nos quedaba libre antes de la actuación, visitamos el mesón “La Cabaña” y el restaurante “El Tropezón” para tomar algo, ambientarnos un poco y, de camino, entonar el cuerpo con unos latigazos.
Por el pueblo ya se había empezado a rumorear que aquella noche actuaban “Los Pecos” en la “Caseta de Ofertas” pero no sabían si eran los de verdad o nosotros, hay una anécdota que confirma la realidad del rumor: Un vecino del pueblo, conocido popularmente como PepeGallinaza”, y su esposa Rosa creyeron que eran “Los Pecos” verdaderos quienes actuaban. Como eran muy fans de ellos pues para coger un buen sitio se fueron muy temprano al ferial y estuvieron sentados en la caseta, desde muy temprano, esperando que comenzara el concierto y él, hablando con sus vecinos de mesa les preguntó:
- ¿Ya estarán muy viejos “Los Pecos”?
Los otros, tan desorientados como ellos, no supieron qué contestarle e imagínense el chasco que se llevaron, ellos y los que no sabían la verdad, cuando salimos y se encontraron con nosotros disfrazados… ¡Qué cara pusieron!
Nuestras novias, Emilia y Mari Paqui, crearon un “Club de Fans”, hicieron una pancarta y todos sus componentes animaron tanto esa noche la caseta que no entraba en ella ni un alfiler. Al no tener la caseta escenario, para que comenzara el concierto, tuvimos que improvisar uno… ¡Nos subimos en la barra de la caseta para cantarles las canciones!
Durante la actuación, como las llevábamos escasas de aprendizaje y un poco cargados de alcohol, nos equivocábamos mucho y entonces me decía Paco, por bajini:
- ¡Canta cabróóón, canta ahooora!

Continuará




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