martes, 18 de septiembre de 2018

FRANCISCO CRESPO “EL CHISPO”


Colaboración de Paco Pérez
SU PASIÓN POR EL “ROCK”
Una tarde, hace ya unos años, estaba tomando café en “Zona 3” mientras leía la prensa deportiva, se me acercó Francisco y me preguntó:
- ¿Estás solo?
– Sí, estoy esperando que vengan los ajedrecistas.
Cerré el periódico para atenderlo, comenzamos a dialogar y en la conversación hablamos de temas variados. En uno de sus saltos temáticos Francisco me habló de su pasión por la música de “rock and roll” y de su preferencia por “Loquillo”.
Cuando los ajedrecistas fueron llegando comenzamos a preparar los tableros y él, esa tarde, se incorporó al grupo, ahí acabó nuestra conversación.

Unos días después se repitió el encuentro y en esta ocasión mi interlocutor retomó el tema musical que unos días antes habíamos cerrado sin concluir.Lo inició metiéndose la mano en uno de los bolsillos de su chaqueta, sacó varios folios grapados y doblados, me los entregó mientras me pedía que los leyera y, cuando acabé, le pregunté:
- ¿Quién ha escrito estos poemas? 
- Los he escrito yo y un amigo me los ha pasado a máquina –me contestó.
– Me gustan, tienen mucho mensaje, pero debías organizar un poco las ideas- le aconsejé.
Entonces insistió en que le encantaba la música de “rock and roll” y muy especialmente la de “Loquillo”, me demostró que estaba muy puesto pues me habló de la cantidad de canciones que había grabado este cantante y entonó algunas de sus letras. Yo le comuniqué que no estaba puesto en la música de este artista y él tomó de nuevo la palabra para decirme:
- Maestro, quiero que me hagas un favor.
No sabía por dónde me iba a salir y le dije:
- Te escucho.
Entonces cogió los folios mecanografiados y mostrándomelos de nuevo me dijo:
- Quiero que me arregles estas canciones porque estoy en un conjunto y quiero cantarlas en él. Te lo pido porque sé que nadie me lo va a hacer mejor.
Cuando supe lo que quería de mí le manifesté que no tenía ni puñetera idea del asunto, él no se dio por vencido y entonces me pidió que buscara en Youtube algunas canciones de “Loquillo”, que leyera las letras de algunas de sus canciones y que escuchara las grabaciones de estas piezas: “El cádillac solitario”, “Canción de amor”, “El ritmo del garaje”...
Me guié por su consejo y así fue como, tarareando las grabaciones de “Loquillo” pude retocarle sus escritos. Cada vez que nos veíamos me preguntaba por el encargo y, la verdad, por su insistencia no me quedó otra alternativa que complacer su petición.
Cuando le acabé la primera letra se la imprimí y al leerla se mostró eufórico. No acabó ahí su fantasía feliz pues me dijo que nos íbamos a hacer famosos y que ganaríamos mucho dinero cuando la grabaran pues la letra había quedado fenomenal.
Le comuniqué que iba a publicarla en “Villargordo nos reúne” pero me pidió que no lo hiciera hasta después de un cierto tiempo porque si lo hacía ahora podía perjudicarle al grupo el negocio futuro. Llevaba razón en su comentario sobre el perjuicio que podría ocasionar al posible éxito que podrían alcanzar y no lo hice pero quedamos en que lo haría más adelante. Ya han pasado unos cuantos años y lo hago hoy.
AL AMANECER
ARREGLO de la letra original de Francisco Crespo Mateos
Al amanecer, tu recuerdo, viene y me llama.
Entonces, corro… ¡Y le abro mi ventana!
Me vuelvo hasta la cama y espero su llegada,
entonces entra tu brisa… ¡Con aromas de mañana!

Condimento el desayunar con aromas de mañana,
me bebo tu recuerdo… ¡Y me marcho con la vara!
Qué pesadas son las horas, dándole a la rama,
y tan ligera es la brisa… ¡Que me traes por la ventana! 

Quisiera decirte, cuando no estás, muchas cosas
pero ahora, cuando te veo, de todo me olvido
porque el recuerdo de tus besos me saben a rosas
y ya sólo pienso en recibir de ti… ¡Un nuevo beso!

Al amanecer, tu recuerdo, viene y me llama.
Entonces, corro… ¡Y le abro mi ventana!
Me vuelvo hasta la cama y espero tu llegada,
entonces entra tu brisa… ¡Con aromas de mañana!   (BIS)

Estando en las olivas, le doy fuerte a la vara
porque allí no puedo… ¡Acariciarte tu cara!   
Acariciándote tu cara nunca di un tropezón,
por ti encontré el camino… ¡Tú fuiste mi solución!

Antes de conocerte perdí muchas batallas
y, aunque no estuve en la guerra… ¡Las balas me silbaban!
Ahora, a tu lado, nunca voy ya de jaranas,
aprecio mucho tus besos… ¡Y las canción que me cantaban!

Solo viajé por veredas equivocadas, buscando mi razón,
y, como respuesta…  ¡Más de un revolcón recibí!
Una tarde te encontré y diste a mi vida un empujón,
desde aquel momento… ¡Ya no me perdí!

Al amanecer, tu recuerdo, viene y me llama.
Entonces, corro… ¡Y le abro mi ventana!
Me vuelvo hasta la cama y espero tu llegada,
entonces entra tu brisa… ¡Con aromas de mañana!   (BIS)



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