domingo, 14 de abril de 2019

LA CUARESMA-6


Colaboración de Paco Pérez
DOMINGO DE RAMOS
Dios llama siempre a las personas y, con la libertad que nos regaló, tenemos que decidir si optamos por seguir su camino o el nuestro. Si nos sentimos atraídos por el suyo deberemos confiar en Él y así nos resultará más fácil seguirlo pues comprenderemos mejor qué espera de nosotros, notaremos su presencia, comprobaremos que cada día nos orienta sobre qué debemos hacer, podremos resistir los envites de los peligros que nos están acechando y, con la fe que necesitamos, no responderemos con violencia a quienes nos maltraten.

Alcanzado este nivel personal de responsabilidad cristiana cada día nos sentiremos más empujados hacia quienes sufren e intentaremos ayudarles compartiendo sus problemas y animándolos a seguir luchando.  
Jesús tomó condición humana para hacer más entendible su misión y por eso fue nuestro faro espiritual. Siendo quien era, no se presentaba ante los hombres manifestándoles su condición de Hijo de Dios, sino que ofrecía sus propuestas de vida con naturalidad a quienes se le acercaban, se mostraba pacífico, los escuchaba, les ayudaba, rechazaba la violencia, huía de quienes querían encumbrarlo, se presentaba como el último de ellos… ¿Así es como actuamos los humanos DOS MIL años después de sus enseñanzas?
No hemos aprendido la lección que nos regaló, a pesar del comportamiento tan ejemplar que tuvo con las personas.
Hoy, la cristiandad celebra la festividad del “Domingo de Ramos  y en ella recordamos el día en el que Jesúsfue aclamado” y después “acabó en tragedia”. Esta visión de lo ocurrido está sustentada en la realidad de unos hechos históricos pero si realizamos el enfoque tomando como referencia el “Plan de Dios” entonces la realidad es como realmente fue, el triunfo de quien luchó hasta el final para poner en marcha ese “PROYECTO”.
¿Por qué considero que fue un triunfó?
Lo entiendo así porque comenzó eligiendo a unos hombres como DISCÍPULOS para que lo siguieran, aprendieran su mensaje de manera práctica durante ese acompañamiento y para que, cuando llegara el momento de su partida hacia el REINO, ellos continuaran con la labor MISIONERA que Él inició.
El diseño realizado por el PADRE había sido perfecto pero los DISCÍPULOS, a pesar de haber presenciado a diario su actuación, no tenían claras las ideas cuando llegó el momento final de aquel viaje ilusionante que iniciaron un día junto al “lago”… ¿Por qué?
Porque su proclamación por el pueblo como Mesías fue la culminación de una “esperanza histórica” que no fue bien interpretada por los judíos, debido a que sólo lo vieron como el “cumplimiento de una promesa que les había hecho Dios” y no como la “siembra” de las semillas para la futura cosecha del cristianismo.
Los judíos, desde que les anunciaron la venida del Mesías, como consecuencia de las deportaciones que padecieron en el pasado y de las humillaciones que recibían a diario de los romanos lo esperaban como un guerrero invencible que los liberaría pero cuando vino Jesús y les propuso ofrecer la otra mejilla se sorprendieron, prefirieron a Barrabás (un celota que luchaba contra Roma), a Él lo acusaron de levantisco, lo apresaron, lo mataron y todavía no lo han aceptado; no lo comprendieron ni sus discípulos y por eso lo negó Pedro tres veces, Tomás necesitó tocar sus heridas, dudaron de su resurrección, tuvieron miedo y se escondieron… Después se presentó a ellos RESUCITADO, ya vieron que era el mismo de antes y para los incrédulos este fue el empuje definitivo que necesitaban para comprender lo que hasta ese momento no habían hecho. Desde entonces ya salieron sin miedo a proclamar su condición de HIJO de Dios, comenzaron su labor misionera y por ella, algunos, fueron martirizados.
¿Qué nos ha quedado de su ejemplo y qué hacemos nosotros en el 2019?
Yo tengo la sensación de que no respondo a Jesús como Él espera de mí, creo que algo hago pero considero que es insuficiente.
Que cada cual se analice si lo considera oportuno.

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