jueves, 4 de abril de 2019

NUESTRO ENTORNO


Colaboración de Paco Pérez
ALMENARA, ANÉCDOTAS
CAPÍTULO IX-G
Fueron tantos los recuerdos que se protagonizaron en aquel “enclave cortijero” que con el paso de los años sus protagonistas los contaban en reuniones de bar sin acritud y sus exposiciones quedaban para el recuerdo de quienes escuchaban, en este caso para mí, como experiencias cómicas graciosísimas:
EL HAMBRE AGUDIZA EL INGENIO
A finales de los setenta y comienzos de los ochenta, yo era mucho más joven que Rodrigo MartosCamacho”, PericoEl de la Graciosa” y Manuel Jiménez GarcíaManolo el de las Zapateras” y, a pesar de ello, casi todos los días nos reuníamos por las tardes en “El Tropezón” para disputar unas partidas de cartas, un juego que en aquellos tiempos era muy popular entre los villargordeños, se conocía como “Tute Reñido”.

Nos pasamos algunos años jugando los mismos: Perico y Rodrigo formaban una pareja que luchaba contra Manolo, mi maestro de “tute”, y yo. Los tres fueron unos amigos inolvidables pero, para mí, Manolo tenía un comportamiento y un saber jugar inigualables; Rodrigo y Perico eran muy fullerones y, muchas veces, tenían unas ocurrencias tan inesperadas que nos hacían interrumpir el juego para romper a reír y no era sólo lo que decían sino por cómo se ponían riendo los dos.
Se inventaron una triquiñuela con la intención de orientar a su compañero, al que salía jugando, sobre el “Palo de la baraja” en el que estaba fuerte el otro. Ejemplo orientador: Rodrigo comenzaba jugando, Manolo estaba a su derecha y Perico era el último. La responsabilidad de acertar en la salida era de Rodrigo, éste comenzaba a pensar y entonces intervenía Perico con la orientación preguntándole o diciéndole algo sobre los temas normales de la vida:
- Tira valiente, no pienses más. 
De esta forma le comunicaba que estaba fuerte en el “Palo de las Espadas”.
Si en el “Palo de los oros” estaba su fuerza entonces comenzaba a bostezar y afirmaba:
- Hoy me he quedado con hambre.
Lo hacían así porque el “As de Oros” es conocido en el argot del juego como “Huevo frito”.
Cuando estaban fuertes en el “Palo de Bastos”, como se representa con la forma de una maza de color verde, pues le preguntaba:
- ¿Le has echado de comer hoy a los conejos?
Cuando se pedían ayuda para el “Palo de Copas” lo hacían teniendo que recurrir a una acusación personal sobre las consecuencias que le había regalado “La Liguera” de la noche anterior:
- Me han contado que anoche estabas algo mamado y, por lo lento que estás, parece ser que es verdad.
Con estos mensajes nos tuvieron confundidos un cierto tiempo y, cuando comenzamos a comprender sus palabras, los dejamos seguir y ellos nos aclaraban solos en qué palo llevaban buen juego.
Cuando acababa la partida seguíamos charlando y en muchas ocasiones contaban sus experiencias cortijeras, algunas eran graciosísimas.
Rodrigo estuvo de “aperaor” con BartoloméEl Nieto” y, como estuvieron juntos muchos años, pues se llevaban muy bien y se conocían mutuamente a la perfección. Esta circunstancia permitía a Rodrigo y a sus compañeros de trabajo comerse algún animal, de vez en cuando, con el consentimiento de Bartolomé. Lo que no sabía es que le habían vendido la historia que les interesaba que escuchara. Usaban dos estilos diferentes para conseguir su objetivo:
1.- Si decidían que había que comerse un “pavo” o un “gallo”, como era una especie menos abundante, pues tenían que ser cuidadosos con las formas de hacerlo porque era más fácil que los “cortijeros” controlaran el número de animales. Por esta razón, después de estudiarlo bien, encontraron una solución que nunca les falló.
Según Rodrigo, a estos animales les clavaban un pincho de “Cardo borriquero” en la cabeza y a continuación se caían redondos al suelo. El siguiente paso que daban era comunicar la muerte al dueño:
- Bartolomé, nos hemos encontrado muerto otro pavo con la misma enfermedad, creemos que es la “Filosera” esa que anda por aquí de vez en cuando.
Como “El Nieto” era un hombre inculto y muy supersticioso pues, cuando escuchaba la palabra de esa desconocida enfermedad, les decía de inmediato:
- ¡¡¡Tirarlo bien lejos, se vayan a picar los otros!!!
Ellos, haciéndose los valientes, desafiaban el peligro diciéndole:
- Si usted no tiene inconveniente, nosotros nos lo vamos a comer esta noche, ya verá usted cómo no nos pasa nada porque el peligro es para los animales –le contestaban.
– ¡¡¡Vosotros veréis lo que hacéis, ya sois mayores!!!
2.- Si el animal elegido era un “pollo” o una “Gallina”, como había más y sus bajas se notaban menos, pues usaban otra estrategia que hacía muy feliz a Bartolomé cuando le mostraban a su víctima muerta:
- Bartolomé, hoy se ha despistado otra “Gallina” de la “Gata Rabiosa”, se ha venido con las de usted y en cuanto la he visto le he pegado un garrotazo y esta noche ya tenemos juerga.
Él, al recibir la noticia, se reía y le decía:
- ¡¡¡A por ellas, no le dejéis ni una de las que se despisten!!!


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