martes, 9 de abril de 2019

NUESTRO ENTORNO


Colaboración de Paco Pérez
ALMENARA, ANÉCDOTAS
CAPÍTULO X-H
“EL MANCO PATILLAS”
Cuando era un niño en las casas no había “televisores” y en muy pocas se podía escuchar las voces de una “radio” al pasar. Esta realidad favorecía que las familias no encontraran otra forma de distraerse que reuniéndose alrededor del fogón o del brasero si era invierno o en la acera de la calle si era verano. En estas tertulias los mayores llevaban la voz cantante y los demás escuchaban sus relatos guardando un silencio sepulcral… ¡¡¡En nuestros días ni los escuchamos para solventarles lo más elemental!!!
Como ya soy algo mayor pues algo pillé de esa cultura y así fue cómo, conversando con mi abuelo Francisco Pérez Soriano El Viejo” una noche de invierno, tuve las primeras noticias de José del Moral Almagro, más conocido en nuestro pueblo como “El Manco Patillas”.

Siempre que se le mencionaba era para recordarlo como un señor “Manco” que “hablaba mucho y, además, cargado de razón” pero también es verdad que era poco respetado porque solía estar ebrio cuando lo hacía.
Desde aquellas primeras noticias sobre este señor no se me había presentado la ocasión de volver a escuchar algún comentario sobre él, y ya habían pasado algunos años, pero un día, durante la visita que hice con mi esposa a casa de sus padres salió de nuevo su recuerdo. Estábamos hablando de temas corrientes y reapareció la figura de este señor gracias al recuerdo que de él tenía Manuel Moreno JiménezManolo Carabinas”, mi suegro. Los hechos que recordó sucedieron cuando él todavía estaba soltero y vivía en Almenara con su hermano “Juan Carabinas”; éste sí estaba casado, tenía sus hijos y había arrendado un cortijo, esa era la razón por la que vivían “Los Carabinas” allí.
Un día, Manolo vino a Villargordo para resolver unos asuntos en el Ayuntamiento y al concluirlos subió a su montura para regresar al cortijo. Aún no había acabado la mañana y el cielo estaba tan encapotado que unas nubes tremendamente negras cubrían los campos, parecía que la noche ya había llegado y la realidad era que la amenaza de lluvia estaba a punto de convertirse en realidad. Subido en el caballo intentaba llegar lo antes posible al cortijo porque las gotas como puños comenzaban a golpearle el cuerpo y de no llegar pronto acabaría empapado. Ya divisaba la cortijada, estaba a punto de cruzar la “Cañada de Almenara” y, desde la distancia, divisó un bulto en medio de la corriente de agua. Al llegar al lugar y estar junto a él comprobó que era una persona que estaba caída de bruces sobre el agua, descabalgó para ayudarle y, al darle la vuelta, comprobó que era José. Inmediatamente lo sacó del agua y, como mi suegro tenía una fuerza descomunal, pudo subirlo a su montura y llevarlo hasta su cortijo.
La lluvia no cesó y por la noche se convirtió en torrencial, la cañada creció y “El Manco Patillas”, de no haberse presentado ManoloCarabinas”, no hubiera podido dar más discursos a sus paisanos en los bares porque se hubiera ahogado… ¡¡¡Quién sabe dónde hubiera aparecido muerto y cuándo!!!
Con el paso de los años la figura legendaria de este señor se perdió de la escena local de nuevo y ahora, con los relatos “almenareños”, he decido recordarla para que no se pierdan sus anécdotas.
Hace unas fechas, en la cafetería, retomé el tema y pregunté a dos personas mayores, Segundo Moreno y Tomás Lendínez. Ese paso me permitió localizar a los familiares que aún viven en Villargordo, Josefa Recena Moral Pepa la Campillera”. Esta señora es hija de Ana Moral del MoralLa Patillúa”, la que fue sobrina de nuestro personaje, ella ha sido quien me ha facilitado las puntualizaciones esenciales del relato y las fotos que aún conservaba de estos familiares, la pena es que no tenga de José.
Estos son los padres del señor José del Moral AlmagroEl Manco Patillas”, vivían en un cortijo de Almenara y tuvieron dos hijas y cinco hijos:
- María Francisca, la abuela de Pepa.
Segunda, la madre de “Los Tobalillos”.
Cándido, el padre de Fernando y Pepita, ambos son conocidos comoLos Cachos”.
Fernando y Manuel no se casaron y murieron muy jóvenes.
- Francisco.
Esta familia vivía en Almenara habitualmente pero cuando los hijos tuvieron que ir al colegio ya vivieron aquí con ellos y como éstos tenían unas capacidades intelectuales muy buenas pues los maestros les aconsejaron que los pusieran a estudiar, los padres respondieron a sus consejos favorablemente y tres de ellos hicieron carrera.
José estudió y acabó Derecho en Madrid pero no opositó, sólo la ejerció un poco tiempo en nuestro pueblo pero aquí pocas opciones de brillar y de prosperar se le podían presentar a comienzos del siglo XIX, además, como parece ser que cobraba por sus servicios mucho dinero pues ese fue otro factor que se lo impidió.
Cuando fue reclamado a filas lo destinaron a una de las plazas militares que España tenía en África, se enroló en la Legión Extranjera que, mandada por Franco, participó en la “Guerra del Rif”. Esta circunstancia fue la que le ocasionó la pérdida de una de sus manos, ocurrida por la explosión de una “Bomba de mano”, de ahí le vino el apodo de “Manco” y el añadido de “Patillas” porque esta familia era conocida como los “Patillúos” y con estos elementos le adjudicaron el de “Manco Patillas”. 
La vida desordenada que llevaba y la pobreza tan tremenda que afectaba a la sociedad de entonces le hizo vivir una experiencia única. En una ocasión buscó la compañía de una dama para pasar la noche, la encontró y, mientras dormía, la señora le quitó la ropa y lo dejó durmiendo como su madre lo trajo al mundo. Lo que no me contó mi informador, Segundo Moreno, fue cómo se las ingenió al día siguiente para salir a la calle.
Cuando venía por el pueblo y se ponía apipado, como daba muchas voces, pues cuando iba por la calle los zagales acudían como moscas y se iban detrás de él. Durante esas actuaciones improvisadas manifestaba su ideal político de derechas y recordaba con cariño, por los años vividos en la Legión con él, la figura de Franco.
Eufrasio MoralEl Vago”, su primo, amaba también la tertulia junto a un buen vaso de vino, tenían unas excelentes relaciones y por esa razón pasaban juntos muchas horas en el bar. Al ser primos tenían una característica común, cuando estaban pintones les entraba la inspiración y generaban relatos y mensajes geniales. Por ejemplo:
- Como el señor José fue soldado en África, cuando recordaba el pasado, levantaba el brazo mutilado, se dirigía a quienes estaban en el bar y les decía con energía:
[Soy un soldado americano,
he cobrado mis haberes
y no le debo nada a nadie.
¡Eh, eh, eh, eh!].
Este mensaje que lanzaba se ha conservado gracias al señor AntonioEl Jordano”, ya fallecido, lo conocía muy bien porque trabajó durante muchos años en el cortijo de sus padres. Parece ser, según Juan Antonio MartosEl Hocicón”, que como Antonio trabajaba de molinero en la Cooperativa “Cristo de la Salud” pues el día del remate, cuando se ponía un poco alegre, lo recordaba y repetía este mensaje tratando de imitarle.
Francisco optó por el sacerdocio y, durante un tiempo, marchó a Roma para ampliar sus estudios. Esta es la huella que se conserva de su presencia allí.

Cuando acabó su periodo de formación le llegó el momento de examinarse y el tribunal lo declaró no apto. Cuando recibió la notificación del resultado protestó ante el tribunal, éste le comunicó su error y él les dijo:
- [Si mi respuesta no está correcta les pido que lo comprueben en el libro estudiado - les indicó también el número de página en que estaba la respuesta. Si una vez comprobado lo que digo mantienen su decisión entonces tendrán que aceptar que a quién suspenden es al libro y no a mí.].
Cuando regresó a España fue destinado a Navas de San Juan (Jaén), en esa localidad estuvo durante más de cuarenta años como párroco y, al morir allí, fue enterrado en una capilla de la iglesia. 
Manuel estudió medicina en Granada y, al concluir sus estudios, estuvo trabajando un poco tiempo en Villargordo, en aquellos años el titular de la plaza era D. Luís Sagaz Zubelzu. Después se marchó y continuó trabajando en Sevilla.




















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