lunes, 11 de mayo de 2015

CHISTES VARIADOS, ELLOS

Colaboración de José Carlos Castellano Calles

 DOS LOCOS POR EL DESIERTO

Dos sujetos van andando por el desierto. Uno lleva a cuestas una cabina telefónica y otro un arado de vertedera.
Le pregunta, el uno al otro:

-¿Dónde coño vas con la cabina telefónica acuestas?
-Pues anda que tú con el arado –responde el otro.
-Qué jodido eres, como venga un león me meto en la cabina y asunto terminado.
El otro se quedó pensando y contestó:
-Si viene el león tiro el arado y sin peso corro un montón.

ADELANTAMIENTOS RAROS

Una moto de 49 c. c. circula por una carretera nacional.
Pegado al “motillo”, adelanta un “Mercedes” “a tó cebolleta”. Al poco, adelanta la “motillo” al “Mercedes” “a tó cebolleta”. Lo vuelve a pasar el “Mercedes” y para unos cien metros más adelante. Cuando está parado pasa la “motillo” embalada, después retrocede y se queda a la altura del “Mercedes”.
Extrañado el conductor pregunta al motorista:
-¿Cómo corre tanto esa pequeña moto?
A lo cual contestó el motorista:
-Si no te hubieras pegado tanto al adelantar, no me habrías enganchado de los tirantes… ¡Liiiiisto...que eres muy liiiiisto!

EL “SEISCIENTOS” Y EL “MERCEDES”

Un grupo de amigos se encuentran en una reunión, después de mucho
tiempo sin verse, y empiezan a contarse cómo les ha ido.
Uno de ellos dice:
-A mí me va muy bien, he comprado un “Seiscientos”, un cochazo exagerado.
Otro dice orgulloso:
-Pues yo tengo un “Mercedes”.
A lo que contesta el primero:
-Tampoco está mal ese coche.

EL NUEVO RICO


Juan era una persona manirrota, que no tenía idea de nada. Pero que
la suerte hizo que le tocara la lotería.
Llevó el dinero del premio al banco y la entidad le dio varios talonarios. Le explicaron cómo rellenar los talones y éste, a golpe de talonario, fue gastando el premio.
Un día lo llamó el director del banco y le dijo:
-Oye, Juan… ¡que tu cuenta está en números rojos!
-¿Y eso que quiere decir? -preguntó Juan.
-Pues que no tienes un euro y no podemos pagar tus talones.
Juan se quedó pensando y le dijo:
-Dilo antes, y te hago un talón.
EL CABALLO JUERGUISTA

En el Oeste, un caballo entró en un salón y pidió un güisqui, el barman se extrañó, pero lo sirvió.
El caballo dijo:
-¿Cuánto le debo?
-Cinco dólares –le contestó el barman.
El animal metió la pezuña en la silla, sacó cinco dólares y pagó.
El barman, no pudo contenerse y preguntó al caballo:
-Mira animal, es el primer caso que se me da… ¡Que un caballo pida un güisqui, se lo beba y me lo pague!
-El primer caso y el último… ¡Por los precios que tenéis! –le contestó el animal.


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