viernes, 26 de junio de 2020

LOS NIDOS


Colaboración de José Martínez Ramírez
Recordando a mi querido Pepe un gran conductor de autobuses.
Ponía el azúcar despacio,
en el café de la tarde
después con aire cansado
miraba Pepe a la calle.
Poco antes de tomarlo
Decía… ¿Niño, tú sabes?

Mientras movía su mano
cien veces con mucho arte,
las mismas vueltas al vaso
y el café lejos de enfriarse,
quemaba como el tabaco.
Fumaba pipa con clase.
Tengo, decía, por Martos
un nido chico de alambres,
yo no puedo ir a buscarlo.
También tengo en una calle
del pueblo, uno de pájaro
sin pájara y todos saben
que se comen los cardos.
¿Cómo pudo en un cable
hacer el nido sin manos?
En la era de Millán… ¿Sabes?
De serenos están criando
otro nido y en tal paraje,
otro de… ¡Se iba alejando,
escucha hombre, se amable!
Y recitaba despacio,
de Campoamor, con arte
poemas por el inventados.

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