domingo, 12 de mayo de 2013


LA
ASCENSIÓN

Colaboración de Paco Pérez

 

HECHOS 1, 1-11
En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del "Reino de Dios". 
Una vez que comían juntos, les recomendó:
- No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo.
Ellos lo rodearon preguntándole:
- Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?
Jesús contestó:
- No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.

Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:
- Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse.


EFESIOS 1, 17-23
Hermanos:
Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro.
Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos.


LUCAS 24,46-53
Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras, y les dijo:
- Así está escrito que Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén.
Vosotros sois testigos de estas cosas:
- Mirad, y voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Por vuestra parte permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto.
Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo.  Y sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos, después de postrarse ante él, se volvieron a Jerusalén con gran gozo, y estaban siempre en el Templo bendiciendo a Dios.
 
REFLEXIÓN
El hombre religioso, desde el comienzo de los tiempos, tuvo y tiene el deseo de alcanzar el “Reino de Dios”.
Hoy, las lecturas, nos prueban que alcanzarlo no es una utopía y sí una realidad que siempre estuvo ahí desde el comienzo de los tiempos, me refiero a la “ASCENSIÓN” como culminación de un camino terrenal.
Las personas, a veces, manifiestan un deseo enorme de conocer la “VERDAD” y para alcanzarla realizan una incansable acción lectora de la Biblia. Este planteamiento me tiene demasiado descuadrado porque considero que si no se la ve desde la primera lectura será difícil verla en otras lecturas sucesivas porque siempre estaremos obstaculizados por nuestras carencias personales en los campos de la sencillez, la humildad, la aceptación y el deseo de cambio. He llegado a esta conclusión porque considero que es un absurdo creer que alguien puede comprender a DIOS, la única VERDAD que existe, por sus reflexiones intelectuales o con las de otros humanos sujetos a las mismas reglas de limitación intelectual.
En la lectura de los “Hechos” encontramos hoy la respuesta para esta problemática humana sobre la “VERDAD” que algunos no ven. Si los que estaban junto a Él a diario no lo entendían pues le preguntaban por sus temas personales y Jesús les respondía diciéndoles que a ellos no les correspondía resolver ciertas preocupaciones. Aquí tenemos un ejemplo claro. Entonces… ¿Por qué  se empeña siempre el hombre en comprender lo lejano y profundo, con su mente finita, si no lo puede hacer con los temas próximos?
La peregrinación del hombre hacia el “Reino de Dios” comenzó hace ya algunos años y, como metodología para que la comprendiéramos mejor, se nos fueron proponiendo ejemplos sencillos que ayudaran a los hombres el poder engancharse a esa marcha impulsados por la fuerza inagotable de la FE. Como gran ejemplo propongo al patriarca Abraham.
¿No somos capaces de ver estas verdades históricas que son los pilares del edificio?
Pasan los años, viene Dios al mundo y se humaniza en la figura de Jesús, ejemplo máximo para poder comprender un poco el “Reino de Dios”. Anuncia hechos, se cumplen de manera total y, a pesar de ello, seguimos opinando que necesitamos encontrar la VERDAD… ¿No es suficiente que los anuncios realizados, con anterioridad, sobre su nacimiento, pasión, muerte, resurrección y ascensión se cumplieran?
Si nos fijamos en este esquema comprenderemos que la “Ascensión” es el punto culminante del trayecto que recorre Jesús durante su periplo terrenal. Pensemos, con nuestras insignificantes mentes humanas, en su trayectoria humana hasta este punto de hoy y, desde ahí, cada cual intentará seguir peregrinando hacia el “Reino” ajustándose a la VERDAD que es su ejemplo de vida.
Hoy se nos regala un tesoro vacío de materialidad y rico en ESPERANZA, la de poder ser recibidos por Él, un día no muy lejano, en el “Reino de Dios”.
Atravesamos tiempos convulsos y, por ello, no podemos quedarnos en manifestar mediante panfletos que estamos en el “Año de la FE”, tenemos que abandonar la pasividad histórica que suele acompañar a la inmensa mayoría de los cristianos y pasar a engrosar las filas minoritarias de aquellos a los que no les importa ser rechazados por oler a rebaño. Jesús estuvo desde el primer momento en ese grupo y no le importó… ¿Tampoco vemos esta VERDAD histórica?
El Papa Francisco nos la ha recordado, deseo que no abandone esa línea de ESPERANZA que empezó a trazar cuando llegó al Vaticano y que comience a hablar de cosas que hagan cambiar los anquilosamientos pastorales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario