lunes, 14 de septiembre de 2020

EL ARTE DE NO DECIR ABSOLUTAMENTE NADA

 

Colaboración de José Martínez Ramírez

Las palabras envejecen

cuando se repiten tanto.

El miedo corta y adolece

el gemido quieto del llanto.

Llama viva que siente

una mirada, un quebranto.

Los enamorados sienten,

callan para decir tanto.

Contemplan el campo verde

porque no es necesario,

y sobra dice la gente

cacarear por lo bajo,

hacer sonar el clarinete

aún y así el desparpajo

aviva la llama y arremete,

el sentimiento con descaro.

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